El peronismo se agarra de opciones opo-oficialistas mientras apela a la unidad

Sergio Massa, el Grupo Esmeralda, Urtubey y Diego Bossio son expresiones de un peronismo que busca su rumbo electoral. El pan dulce mordido y la unidad.

El peronismo se parece a lo que San Agustín se interrogaba sobre ¿qué es el tiempo?: “Si no me lo preguntan, lo sé; si me lo preguntan, lo ignoro“.

Termina el año fuera del poder nacional, pero no del Congreso, gobernaciones e intendencias. Incluso, sobrevive en variantes opo-oficialistas (la ambigüedad paga muy bien en estos casos), como la que representa Sergio Massa. Solo Cristina representa una oposición radical.

Lo que vendrá es un acertijo complicado sobre el futuro político de los dirigentes que representarán al PJ. Sería imprudente proclamar la extinción de los seguidores del general Perón. Sean de izquierda, derecha, centro y los oportunistas que viven traspasando el puente de un lado a otro.

El Congreso del PJ bonaerense es una muestra del aquelarre: detrás de la consigna “unidad y no amontonamiento” quedaron adentro todos: kirchneristas, sciolistas, intendentes que querían sepultarla,  movimientos sociales, desencantados como Florencio Randazzo y hasta los que no descartan seducir a Massa, conforman las mesa de apoderados del partido.

Massa tiene una gran contra, el papa Francisco (otro que abrevo en las fuentes del gran movimiento) le sigue negando la foto.

Hay que poner esfuerzo, inteligencia y prudencia. Está en juego el destino de la Patria. Si los derrotamos (por Cambiemos) en 2017, los tenemos en el horno en 2019”, arengó el ex ferroviario y dirigente tradicional del PJ, Lorenzo Pepe.

En ese tono, salio en la semana un afiche que con un pan dulce decía su leyenda: “con el peronismo unido, no los comemos en el 2017”. Pepe Albistur fue autor de la picardía que inundó la ciudad y el conurbano.

En La Matanza, un país dentro de otro, se hizo retroceder a los kirchneristas que levantaban el lema trotskista, “cuanto peor, mejor”.

La intendenta, Verónica Magario, tiene línea directa con Santa Cruz pero no por ello deja de vincularse en forma inteligente desde lo institucional con Vidal.

La foto de Vidal con una serie de dirigentes peronistas en territorio de Mario Ishi, algunos de ellos que habían quedado en el álbum de los recuerdos como Duhalde, trajo no pocos ruidos en la Rosada. ¿Por qué ser receptivos a tanta cercanía con quienes solo están esperando el momento de reproducirse?

También  el sindicalismo predican una comunión de intereses armoniosos con la gobernadora de Cambiemos. Pecar se pesca en todos lados. Los popes sindicales brindaron también con Macri para fin de año y escucharon de su boca que no se presentaría a otro período presidencial. Desde su ADN no le creyeron.

Bolsa de gatos en constante reproducción, los peronistas dan para todo: Fernando Navarro, el autor de una película sobre los Kirchner (el mismo que con desparpajo le pone ahora un 4 a la gestión de Cristina), hasta es capaz de cruzar la barrera del tiempo, algo a lo que no se animó San Agustín.

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