Frenan el juicio contra un ex empleado de la Corte vinculado a una red de prostitución vip

Se trata de Walter Soto. El Tribunal Federal N°2 anuló el requerimiento del fiscal Delgado.

Comenzó como una investigación por narcotráfico, pero terminó apareciendo una red de prostitución vip con un integrante especial, un ex empleado de la Corte Suprema. Se trata de Walter Soto, un personaje especial que tenia una atracción especial por los famosos.

El escándalo, ahora en la etapa del juicio oral, salpicó al empresario Leandro Santos, que ya estuvo detenido por la prostitución vip. En una de las escuchas que forman parte de la causa, Soto habla con otra persona que necesita una mujer para un empresario argentino que vive en Miami y afirma que las mujeres que tiene Santos son más caras.

Santos quedó manchado también en el caso Nisman porque varias de las chicas de su staff habían realizado viajes con el fiscal. Además, el polémico empresario había llamado a Nisman horas antes de su muerte.

Hasta que estalló el escándalo públicamente, Soto trabajaba en la Corte Suprema. De hecho, en su cuenta de Facebook dice que trabajó 12 años en la Corte y publicó varias fotos en las escalinatas del Palacio de Tribunales.

La noticia ahora es que el Tribunal Oral en lo Criminal Federal N°2 declaró nulo el requerimiento de elevación a juicio presentado por el fiscal Federico Delgado contra Soto y otras personas.

En su repuesta, el fiscal se quejó por las demoras que tuvo la causa en los últimos meses y dio a entender que podría favorecer a los imputados. “El expediente estuvo parado veinte días en el Tribunal, siendo que fue remitió al Juzgado interviniente recién el día 3 de agosto del año en curso. Así prescribió Boudou…“, lamentó Delgado en en dictamen al que accedió ExpedientePolitico.

Y agregó: ‘En vez de hacer un juicio y eventualmente, después del debate, resolver de la manera que corresponda, los distinguidos magistrados del Tribunal oral en lo Criminal Federal n°2, escogieron un atajo, y no se sabe por qué, después de casi tres meses, nos obligan a hacer un dictamen que requiere tiempo y esfuerzo casi al divino botón”.