Podrían controlar a micros que trasladan a piqueteros para achicar el impacto

Hay una línea dura en el gobierno que lo propone. Quintana armó una mesa de enlace para definir cuanto antes un rumbo.

El caos de este miércoles puede ser un punto de inflexión. El Gobierno va comprendiendo que con la cara de ángel y la sensibilidad de Carolina Stanley no alcanza para domar a los grupos sociales. Ellos tiene poder real territorial y un acostumbramiento a que la presión de la calle es su mejor paritaria.

El Gobierno viró del protocolo anti piquete de Patricia Bullrich, nunca aplicado, a otorgarles una nueva cobertura social con la ley de emergencia que hasta aquí tarda en llegar a las personas necesitadas como las buenas de la economía.

¿Ahora viene otra etapa? Hace unos días se inauguró una mesa de enlace entre el gobierno nacional y el porteño para replantear la estrategia de ir erradicando los cortes de calle. Quien lidera las conversaciones es un hombre del tridente, Mario Quintana. Ahí también tiene voz para equilibrar la visión dura la ministra Stanley.

Algunas primeras conclusiones que se elevaron al presidente indican que es prioritario para no seguir deshilachando la relación con la clase media tomar medidas drásticas. No se decidió acciones represivas pero sí ir cortando recursos a las organizaciones más politizadas.

Por ejemplo, se habló con el ministro de Trabajo, Jorge Triaca, para que le advierta a la CGT que al gobierno no le gusta el matrimonio del Triunvirato Cegetista con Emilio Pérsico.

Por otro lado, se trataría de apuntar a los micros que trasladan a la gente humilde a las acciones piqueteras con controles, inhabilitando a muchos que funcionan en un sistema trucho. Así se iría probando el desgaste con sanciones a los más díscolos, al estilo Vidal con los docentes.

Estos mismos grupos piqueteros que inundaron de reclamos las calles en las últimas horas habían pretendido una marcha el lunes pasado en “homenaje al Papa”. Francisco la desactivó. Al igual que la CGT, aunque no lo quiera a Macri le hace precio.

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