La Cámpora dejó 50 directores “ilegales” en el Registro Automotor

Es parte de la herencia de La Cámpora en ese organismo. No cumplen con algunos de los requisitos legales. Los cambios que se vienen. 

En su paso por el poder, La Cámpora utilizó los espacios de poder como una caja política, un recurso muy poco original en la política local. El Registro Automotor, con 1502 sucursales desparramadas por todo el país, no fue la excepción. En los últimos cuarenta días de la gestión K, el camporismo cubrió más de treinta vacantes, entre intervenciones –la modalidad más aplicada en los últimos años– y concursos largamente demorados. La herencia incluye otras irregularidades más graves: hay unos 50 directores de registros que no cumplen con los requisitos legales para esa función.

Con el ingreso de Julián Alvarez a la Secretaría de Justicia, en 2010, La Cámpora se adueñó del Ministerio de Justicia, relegando al ex ministro Julio Alak a un papel secundario. La agrupación juvenil pasó a controlar la Inspección General de Justicia, el Registro de la Propiedad y el Automotor. En los dos primeros, aplicó un cepo informativo para frenar toda la información sensible contra el gobierno, funcionarios o sus aliados.

En el Automotor, el daño fue menos visible, aunque no menos efectivo. Alvarez puso a manejar la codiciada DNRPA, la Dirección Nacional de Registros Nacionales del Registro Automotor y Créditos Prendarios, a Mariana Aballay, una militante camporista. Se fue con varias denuncias judiciales por algunas de las irregularidades que se describen en esta crónica. Luego vino David De Lio. A lo largo de esos años, se priorizaron las intervenciones por sobre los concursos. La “celeridad” no alcanzó a corregir los problemas y se llegó a un récord negativo de casi la mitad de los registros vacantes.

“Las intervención es una facultad legal pero se abusó de la misma porque los registros son oficinas que no pueden cerrar”, se quejaron fuentes de la nueva gestión. Los resultados están a la vista.

Hay unos 50 directores de registros que no cumplen con los requisitos legales. Son varios: ser abogado, escribano o contador; no tener otro cargo público; y contar con solvencia económica (para responder por los daños y perjuicios que puede ocasionar), entre otros. La nueva gestión promete cambios en el corto plazo. A partir de abril van a concursar unos 150 registros. 

En el Registro Automotor también hubo nombramientos motorizados por los resultados electorales. En los primeros días de noviembre se registraron un total de 12 intervenciones. Y a partir de 22 de ese mes, fecha del balotaje, se entregaron, bajo la misma modalidad, otros nueve registros de Avellaneda, Santa Fe, Neuquén, Mercedes y Capital Federal, entre otras ciudades. Clarín accedió al listado completo donde figuran los nombres de los directores y la fecha de asunción. Muchos de ellos, se sospecha, recibieron un “premio” por su pertenencia política antes del cambio de mando. En los últimos cuarenta días, también se ocuparon diez registros por concurso, una modalidad que casi no se había aplicado desde 2009.

El manejo discrecional que aplicó La Cámpora en el Registro Automotor no es exclusivo del kirchnerismo. La ex ministra de Seguridad Nilda Garré tiene el registro número 57 de la Capital Federal desde el menemismo. En el listado de los directores “famosos” siguen apareciendo varios apellidos tradicionales de la política cono Menem, Granillo, Saadi, Sapag, Duhalde y hasta hay un Randazzo, que asegura no tener vínculo familiar con el ex ministro de Transporte. La respuesta está en los números: en la actualidad un “buen” registro deja entre 60 y 80 mil pesos mensuales limpios.

Las nuevas autoridades están revisando los últimos nombramientos y al mismo tiempo analizan nuevas medidas para mejorar el servicio que brindan los registros. “Tenemos que agilizar y modernizar el procedimiento para que algunos trámites se puedan hacer vía web antes de llegar al registro”, adelantó Borrelli.