Ante el dilema de la Reforma, la CGT se acerca a otro punto de ruptura

El gobierno quiere cerrar rápido el debate agrandado por el éxito electoral. Moyano callado puede enrolarse en una ruptura gradual.

Hay un sindicalismo siempre listo para adaptarse al poder de turno. Hay otro táctico y que no quiere suicidarse con un paquete que puede conllevar a la entrega de derechos laborales clave como la fórmula que rige la indemnización.

En ese tironeo, el escenario gremial con vistas al 2018 es de virtual fractura. El Triunvirato comienza una despedida enmarcado en una gran confusión interna por las derrotas del peronismo y la prisión de varios estandartes de la mafia sindical.

El silencio de radio de Hugo Moyano no es casual. El líder camionero espera el desgaste de la actual cúpula y rosquea con referentes del sindicalismo anti macrista, como también gremios denominados chicos que pueden quedar enterrados ante la avanzada de la reforma Triaca.

Los popes quedaron expuestos ante el apuro del Ejecutivo con el paquete reformista. Habían acordado un paso gradual que les permitiera generar condiciones digestivas para pasar el mal trago. “Los ministros del gobierno parecen novios primerizos enviagrados“, fue la metáfora de salón que improvisó un sindicalista adverso para representar el exitismo gubernamental. En las próximas horas intentarán ponerle el moño al paquete.

El camino promete tener perdigones al haber abierto varias puertas complicadas de forma simultánea. El impuestazo al vino obligó a un aliado, el gobernador Alfredo Cornejo (Mendoza UCR), a defender su quinta. En el parlamento se trasladarán estas fisuras de la coalición gobernante.

El disciplinamiento a las disidencias se podría formatear con la eliminación de 500 gremios pequeños que perderían su estatus en el registro de la Dirección de Asuntos Sindicales.

Atrás quedará, de cumplirse este objetivo, la tan mentada democratización sindical. Otra cuestión que Triaca no toca es el límite de las reelecciones. Facundo Moyano había propuesto restringirlas a dos mandatos. Los Gordos negocian que no se toque el status quo para entregar otras banderas.