Los barras generan desmanes para conseguir un boleto a Rusia

Un fin de semana con Barras sin control. Aprietes a clubes para viajar a Rusia. El rol de la bella embajadora del Mundial.

El fin de semana estuvo plagado de fricciones y hechos violentos en los estadios. Quienes entiende en la especialidad de los barras, definen estos hechos como un clásico antes de comenzar un Mundial de Fútbol.

Rusia no será una plaza más ni apacible para los Barras que logren el guiño cómplice de dirigentes locales o que vulneren los controles migratorios: tendrán luego que sortear la dureza del gobierno de Putin.

La bella embajadora Rusa del Mundial, que estuvo meses atrás de visita en Argentina, no vino a pasear sino a dar un mensaje claro, puertas adentro de la AFA.

Victoria Lopyreva no es solo una cara bonita. La rusa es presentadora de TV, tiene un título en administración de empresas y es fanática del fútbol. El club de sus amores es el Manchester United, de Inglaterra. Tiene 34 años y es muy activa en las redes sociales. En Instagram suma más de un millón y medio de seguidores. Lo más importante, está muy cerca de Putin y algunas versiones indican que es un agente encubierto de la KGB.

“Les transmito de parte de la Federación Rusa que si van Barras Bravas, su límite de disturbios será Leningrado. Ahí, no pasarán…“, dijo la rubia despampanante sobre informes de inteligencia que tienen de los movimientos de los Barras más característicos de Boca y River. La respuesta que recibió no fue considerada satisfactoria en Moscú, por lo que la “embajadora” que iba a regresar al país, congeló las relaciones y mandó una misiva de disculpas.

 

Rusia también tiene el flagelo de los Barras. De hecho, los de las Barras “oficiales” estuvieron en el país de forma paralela a la modelo rusa. Llegaron desde Frankfurt (Alemania) y se alojaron en un hotel céntrico. Su “paseo” comenzó en Mataderos, donde se reunieron con los barras de Nueva Chicago, San Lorenzo y Boca.

El Estado argentino hoy tiene unos 602 barras con “prohibición de concurrencia administrativa”. Esto quiere decir que, por tener causas penales en trámite o contravenciones graves, estas personas no pueden pisar ningún estadio del fútbol argentino por entre uno y dos años, dependiendo del caso. Se sabe que la efectividad de esta medida muchas veces es burlada.

Colón y Vélez debió ser suspendido a raíz de tres bombas de estruendo que fueron arrojadas por hinchas de la popular al campo de juego. Una versión indica que fueron miembros de la barrabrava de Colón que buscan viajar al mundial de Rusia 2018 y ante la falta de fondos exigieron dinero a los jugadores y a la comisión del club.

La barra accionó un plan deliberado: generar disturbios en el campo de juego para así “visibilizar el pedido”. El modus operandi se replica en otros estadios.

 

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