Lousteau: “Están generando una mini grieta en Cambiemos”

El economista presiona públicamente para que lo dejen jugar. En su paso de regreso a Buenos Aires estuvo en la Feria del Libro y mantuvo un diálogo con Expediente Político.

Abandonó la embajada Argentina en Washington, donde estuvo un año y medio codeándose con los centros de poder mundiales y viviendo como “un cónsul romano” en una mansión de 500 metros cuadrados, en cuyos jardines había ciervos y ardillas.

Volvió para competir en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires contenido por dirigentes del radicalismo, porque Martín no quiere ser “el Che Pibe” de “Cambiemos”.

ExpedientePolitico lo encontró en la Feria del Libro, le hizo una pregunta y hasta escuchó, cuando se retiraba, cerca de las 10 de noche, cuando un personal de seguridad, le espetó: “Vos vas a ser Presidente en el 2019”.

Con una sonrisa que iluminó su cara y alrededores y erizó aún más sus enrulados cabellos, contestó: “Noooo…”. Bueno, quizá primero jefe de gobierno porteño…..

Si (Lilita) Carrió y (Horacio) Rodríguez Larreta, me niegan a mí y al radicalismo internas abiertas, estarán creando una minigrieta”. Así respondió Martín Lousteau a ExpedientePolitico y reveló que dejó la embajada argentina en Washington en representación del gobierno de Mauricio Macri, para venir a competir a la Argentina “en las peores condiciones”, con la intención de ampliar la coalición “Cambiemos”.

“Lo mío no es un capricho ni una actitud personalista. Si me niegan la primaria, estarían rompiendo un espacio colectivo. Al cerrar Cambiemos en la capital federal, obturan la posibilidad de discutir y que haya alternancia, con valores pluralistas y republicanos que dicen defender”, contestó a otra pregunta.

Acompañado, entre otros, por Emiliano Yacobitti, de la UCR porteña, y el socialista Roy Cortiña, Lousteau presentó sin anuncio previo, el libro “Emprender para transformar”, de Federico Saravia, en la Feria que con gran concurrencia de público se celebra en el predio de la Sociedad Rural.

Desgarbado, vestido informalmente, hizo una breve introducción a favor de una transformación cultural, que tenga una mirada más abarcadora que el corto plazo. “La Argentina es una sociedad viciosa, que busca satisfacciones en el presente y sufre problemas en carne propia en el largo plazo. La sociedad se degradará si no nos auto limitamos y compartimos el espacio público”, expresó.

Si bien señaló que se puede explicar el conflicto actual “por la pesada herencia que dejó el kirchnerismo”, subrayó que la encrucijada nacional “es estructural”, pues existe “el Estado más grande de la historia, la presión tributaria más grande del mundo, y pese a ello hay déficit y un tercio de la población en la pobreza”.

Apuntó que ni la polarización, ni la grieta van a aportar las soluciones que se necesitan. Puso distancia de este fenómeno y reconoció que la Argentina “todavía vive de los stock, con un sistema educativo envidiable, alta tasa de alfabetización y reservas energéticas, por más que ahora haya que importarlas”. Agregó que hay una búsqueda por la igualdad de oportunidades, aunque enseguida advirtió que “los colchones se van afinando, se van quedando sin amortiguadores”.

Este sitio le hizo notar que la grieta en apariencia es entre el gobierno actual y los que apoyaban a Cristina Fernández de Kirchner. Y le preguntó si el pleito en la capital federal de “Cambiemos” no estaba creando una nueva fisura, esta vez en el oficialismo que gobierna la Nación, CABA y la provincia de Buenos Aires.

“Lo peor de la grieta – replicó – es que se transforma en un estado de ánimo que se replica, donde todos estamos estresados y ofuscados. Por eso, tratamos de llamar a la reflexión y pedimos internas abiertas. Ya las hubo, porque hay diferencias y matices en el diagnóstico y en la forma de encarar las situaciones. Si niegan la primaria, estarán creando una minigrieta”. Y abundó: “Hay que discutir de cara a la sociedad. Así se formó Cambiemos, por eso se hizo valioso el gobierno de Macri. No hay que modificar las reglas de juego cuando no nos conviene. Hay que pagar el costo. Yo perdí ante Lilita en el 2013 y no pasó nada. En el 2015 se debatió con respeto y transparencia, perdí con ECO y tampoco pasó nada”.

Otro participante de la charla quiso saber del “ninguneo” de Carrió hacia su persona. “Perdí en el 2013 y no era un chico. En el 2015 fui con ella y tampoco lo era. Cuatro años después me transformó en un chico. Parezco el protagonista del curioso caso de Benjamín Button (por la película actuada por Brad Pitt, quien hace de una persona que nace con el cuerpo de un anciano y que con el tiempo va rejuveneciendo)”.

Consultado por qué había abandonado las comodidades de Washington, Lousteau comentó que había optado por dejar un lugar donde le daban un trato preferencial (“como un cónsul en Roma”, sorprendió), para venir a competir en la Argentina con “quienes tienen supuestamente mucha más intención de voto, y muchísimo más dinero. Vengo a pelear en las peores condiciones, dispuesto a pagar los costos, con el propósito de agrandar el espacio”.

“Los que me niegan la interna, están rompiendo Cambiemos, rompiendo la coalición en la capital federal, que es un espacio colectivo. Mi propósito es detener la grieta y el automatismo, que es algo cultural. Y lo que digo no es unidireccional. Deben preguntarnos a Larreta, a Carrió y a mí, todos los días, porque somos servidores y debemos exponer nuestras diferencias y matices”.

Cuando una joven le hizo notar el peligro que se sigan repitiendo los errores, Lousteau, propuso tres vías para evitarlos: volver a imaginar juntos el Estado, “con el otro”, para incorporarlo “a la tarea hercúlea que nos espera” y no “arrogarse un derecho contra el otro”; ser capaces de discutir y dialogar, con apertura y lograr un diagnóstico local; y, más allá de las desventajas por ser un país en vías de desarrollo, aprovechar las ventajas de que “hay un laboratorio de 30 países como mínimo, que ya resolvieron problemas que nosotros aún no”.

Pidió no traer soluciones de afuera ni traspolar nada, pero si entender y no andar inventando, cuando otros países han resuelto sus crisis y se han convertido en prósperos. “Tuvieron cambios culturales que les abrieron las mentes y los hicieron evolucionar en una suerte de retroalimentación. Nosotros estamos atrapados, hace 30, 40, 50 60 años, en el mismo círculo vicioso. Se dice que la Argentina debe competir, ¿por qué no pueden competir los políticos? Los políticos debemos convencer con ideas, para conseguir mandatos genuinos y juntos reimaginar un nuevo Estado”, concluyó.

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