El ministro de Defensa autorizó a las FFAA para repeler delitos dentro de los regimientos

Se trata de la resolución 154. Deroga un decreto de Nilda Garré que limitaba el accionar de fuego de las Fuerzas Armadas. Dudas sobre espionaje.

Hay otra polémica en puerta. El ministro de Defensa, Julio Martinez, dictó una resolución, (154-E72017), el pasado viernes, que quedó diluida por el fin de semana largo.

En la misma se hace un viraje sobre un disposición del kirchnerismo que limitaba el poder de fuego en las guarniciones militares ante un hecho delictivo.

Ahora, con esta nueva resolución, se les da a las FFAA atribuciones de repeler delitos dentro de los cuarteles, sin necesidad de llamar a las fuerzas policiales y de hacer acciones de inteligencia ni llamados informes socio ambientales. La medida se toma ante la creciente ola de robos en guarniciones militares.

Aunque el tema se mantiene en forma muy discrecional, desde el año 2009 que se producen misteriosos robos de armamentos. La hipótesis más liviana, sobre la sustracción de armas de guerra, los relaciona con grupos delictivos que después las venden al mercado negro o se usan para asaltos a blindados.

Nilda Garré había delimitado este poder de fuego para que no se violara la Ley de Seguridad Interior, e instaba a que los militares debían comunicar, ante un hecho delictivo, en forma inmediata, a la autoridad judicial competente y requerir presencia de las fuerzas de seguridad o policiales.

Con esta nueva resolución, publicada en el Boletín Oficial del viernes,  se le da un poder de repeler acciones delictivas flagrante en zona militar.

En los considerandos se resalta que se autoriza a personal militar a realizar “informes socio ambientales”, que según el CELS chocaría con el principio de no intervención con la Ley  ya que  “iría en contra de previsiones legales que establecen que las Fuerzas Armadas no pueden hacer tareas de seguridad interior, ya sea reprimiendo delitos o haciendo inteligencia”.

El gobierno tiene informes de inteligencia de posibles desbordes en Jujuy, Tucumán y el tercer cordón del conurbano.

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