Pichetto: “Doce barrios porteños perdieron la legalidad en manos de narcos”

El presidente del bloque de senadores del peronismo, Miguel Pichetto, afirmó que en la ciudad de Buenos Aires hay por lo menos 12 barrios que “perdieron la legalidad” a causa del narcotráfico y la prostitución callejera. ¿Qué propone?

En diálogo con ExpedientePolitico, propuso además que el Ejército vuelva a controlar las fronteras para “impedir que la droga siga circulando alegremente por la Argentina”. Tras los últimos y resonantes casos -entre otros el asesinato del adolescente Brian en Flores y la detención de un capo mafioso en un country de Ezeiza- , Pichetto apuntó contra los delincuentes que llegan de países de la región. Entre los datos curiosos que aportó, mencionó que el 30 por ciento de los presos en cárceles federales son extranjeros que “se agrupan y controlan lo que pasa afuera”.

Usted venía haciendo duras caracterizaciones sobre el nexo entre inmigración y delitos, ¿cree que la percepción de la sociedad cambió hoy frente a casos como la muerte del  joven Brian, en Flores, o la detención en un country de Ezeiza, del narcotraficante peruano “Marcos” Estrada Gonzáles?.

Los últimos acontecimientos sobre la presencia de organizaciones delictivas vinculadas al narcotráfico, hacen tomar conciencia sobre la profundidad de la crisis. Hay hechos muy graves en la ciudad y en la provincia de Buenos Aires.  En 12 barrios porteños ya se perdió la legalidad.

¿Podría ser más específico?

Lo he hablado con el jefe de gobierno y con el vice Santilli. Si quiere les menciono algunos: Flores, Floresta, Parque Patricios, Congreso, Constitución, Balvanera. En esos y otros barrios hay un abandono y alta total de presencia policial. Esperemos que con la nueva policía se recupere la calle que está virtualmente tomada por vendedores ilegales, por proveedores de droga en casas tomadas y en la calle y por la prostitución.

¿Por qué no planteó lo mismo en el gobierno anterior?

Lo hice también y nunca fui escuchado. Cualquier país que se precie de tener una legislación ordenada y seria y sin romper el espíritu de la Constitución, debe abrirse a los ciudadanos que quieran venir a habitar y trabajar con honradez. Mis declaraciones anteriores fueron distorsionados.  Dije que no podían entrar personas con antecedentes delictivos, especialmente ligados al narcotráfico, que llegan de países limítrofes y quiebran la convivencia: toman viviendas, venden drogas, perpetran delitos con alta violencia y organizan la circulación de la droga. A esos sujetos son los que hay que controlar. No pueden ni deben ingresar.

¿Es hoy políticamente incorrecto hablar de este tema?

Así parece. El 30 por ciento de las cárceles federales son ocupadas por ciudadanos extranjeros. Pesados, dedicados al tráfico de drogas y a la trata de personas. Constituyen un verdadero problema en la cárcel misma porque se agrupan y desde allí dominan y controlan lo que pasa afuera. Consulte en el Servicio Penitenciario Federal! A los delincuentes extranjeros debería expulsárselos inmediata y automáticamente después de que cumplan sus condenas.

¿Propone cerrar las fronteras?

De ninguna manera.  Pero la convivencia debe ser sana en un país que abre sus puertas. Nadie quiere cerrarlas. No estoy en contra de la inmigración , sí de estos fenómenos que también se dan en Mar del Plata, Bariloche, Rosario, Gran Rosario, todas ciudades jaqueadas por el delito.

¿Qué habría que hacer de manera inmediata?

El gran desafío es primero reformular las fuerzas policiales. Hay que terminar con la corrupción sistémica de los últimos años , provocar una renovación y acabar con la connivencia con el delito.Para ello hay que convocar al gobierno federal y a los provinciales. Si esto no se resuelve, en una década la Argentina puede ser un Estado como México, donde desaparecen 50 estudiantes, supuestamente asesinados por el narcotráfico, se esfuman sus cuerpos y no pasa absolutamente nada. Donde la Banda de Sinaloa controla la vida pública y la seguridad.

¿Alguna propuesta en carpeta?

Para evitar que la guita del narcotráfico siga circulando, hay que dar el debate y encontrar coincidencias entre los sectores políticos. No desde un esquema xenófobo que estigmatice a determinados sectores extranjeros.  Pero hay que revisar todo, fundamentalmente la política de seguridad.

¿En concreto?

El rol del ejército en el cuidado de las fronteras, no porque existan hipótesis de conflicto con países vecinos, sino contra el delito organizado. Se necesita una nueva mirada sobre seguridad, no como la del  ´70. Es decir, dejar de mirar la historia desde el pasado, y aplicar readecuaciones y nuevos enfoques. Con fronteras abiertas,  nuestras fuerzas de seguridad deben utilizar tecnología y radarización para impedir que la droga siga circulando alegremente por la Argentina.

Cámaras en los colectivos de la Provincia: nadie quiere poner la plata