En el Gobierno apuestan a atomizar al peronismo, pero disienten en los objetivos

El Tridente cree que si le encesta una derrota en octubre, el peronismo comenzará la reitirada. Monzó alienta el bipartidismo.

Cambiemos parece más atento a la interna del PJ que a sus propios males. Atomizar para que desaparezca o dividir para que pierda Cristina y llegue la renovación, parece ser el dilema. De todas maneras, Marcos Peña lleva varios cuerpos de ventaja sobre el oído del presidente.

El Jefe de gabinete ninguneó a Duhalde quien pretendía una foto para quedar como el estadista que construye un puente en la difícil transición. Se reunió finalmente con terceras líneas de Cambiemos, quienes le dieron respaldo para que pelee la presidencia del PJ.

El PRO coquetea con esta idea, peligrosa, de tratar de influir en la tumultuosa vida interna de la tribu justicialista. No solo a través de la reaparición de Duhalde sino con la resurrección de Florencio Randazzo.

Aún juega al misterio el ex ministro de los trenes, que medita cual será el primer carpetazo que le lanzará el kirchnerismo. ¿Por afuera o por adentro? Florencio sabe que es casi una ofrenda no pelear en el territorio propio, aunque hay sectores del gobierno (Jaime Durán Barba) que le dicen que vaya por afuera, con otro sello creado para la ocasión. Así su competencia en octubre estaría garantizada.

A riesgo que se fortalezca, ganando una Paso, Monzó es de los que cree que no se debe obstaculizar la renovación del peronismo ya que sostiene que la argentina debe seguir navegando en una suerte de Bipartidismo. Por eso desde Diputados enlaza conversaciones con el mandamás del Senado, Miguel A. Pichetto y su amigo de Chivilcoy.

En cambio, el Tridente apuesta a la gradual extinción del PJ, en reformar nuevamente la Constitución para erradicar elecciones de mitad de término y extender el mandato presidencial a 6 años. Muy poco claro entre la bruma de Otoño.

¿Qué hay detrás de las declaraciones de Gabriela Michetti?