38 años, siguen las Plazas del Si y del No

La convocatoria del gobierno a festejar la democracia no es creíble para un sector importante de la sociedad que les infringió un voto castigo. Los temas importantes siguen postergados.

Los historiadores dirán que la Grieta no es un invento de estos atormentados tiempos y desde que el estado es estado, y antes para constituirlo como tal, siempre hubo divisionismo. Por ejemplo entre unitarios y federales o peronistas y radicales. Consuelo tonto para los que padecen esta atmósfera irrespirable que transforma la intención de un pensamiento crítico en algo perecedero o poco funcional para el negocio de la pelea.

El gobierno nacional recibió un claro voto castigo a lo largo del territorio nacional, en las últimas elecciones de mitad de término. La respuesta fue disimular la derrota y ayudados por una oposición desquebrajada, ahora se entusiasma para decir “acá no ha sucedido nada”. ¿Este es el sentido de la Plaza de los 38 años de la Democracia?

Hay una Plaza , con trapos partidarios enrolladlos que igual presentará una importante representación de la fuerza del kirchnerismo y sus aliados eventuales. Los hay enamorados del discurso , de su líder Cristina que tras el repliegue volverá a plantar bandera, los hay también desesperados.  Un ejercito de pobres que saben que tienen un destino en la vida, ser el relleno de un relato.

Macri tuvo su marcha del Sí, pensando que era una carta abierta de un hasta pronto. Por eso se cree con el derecho de discutir de igual a igual con los que empujan renovación. Muy lejos del discurso conmovedor de Esteban Bullrich, afirmando: “no hay hombres imprescindibles, hay actitudes imprescindibles”.

Hace 38 años, el llamado Padre del retorno democrático nos convocaba a recitar el Preámbulo de la Constitución Nacional. Eran tiempos idealistas, reparadores. Ahora su partido, tras recupera oxigeno de proyección nacional, está sumido en un internismo peligroso e ilógico para quienes quieren encontrar alternativas.

 

 

Los llamados líderes convocan a imaginarios de Plazas. Tienen sus dispositivos discursivos amarrados a las necesidades coyunturales, lo que puede ser una Plaza para apoyar mañana se puede transformar en una para cuestionar .¿Qué connotación real tiene una Plaza de mayo actual para los jóvenes escépticos que corren por una selfi de Milei?

¿Qué connotación real tiene una Plaza de mayo actual para los jóvenes escépticos que corren por una selfi de Milei?

Alberto tuvo hace poco su marcha alquilada. En el Día de la Militancia , con una Cristina replegada y La Cámpora tibiamente acampando a un constado , el presidente formal uso la lapicera prestada. Cristina avisó tras su última carta que volvería con su condiciones, en un paquete atravesado por las consecuencias del acuerdo con el FMI, que siempre está por llegar pero se transporta en un tanque de Alais. Con su reaparición y de la mano del ex presidente brasileño Lula, el “éxito” está garantizado.

La oposición no se siente convocada ya que la señala como una marcha militante, lejos de un festejo de la democracia real. Si el gobierno los hubiera convocado a un acto conjunto , con bandas de todos los colores y una única bandera celeste y blanca, hubiera sido incómodo para referentes de Juntos decir que no. Larreta ya probó de esa medicina en las conferencias sanitarias conjuntas. Pero no lo hizo ni lo quiso hacer. Hay un punto en que los actores se aburren de si mismos.

Pero si así fuera  : ¿Qué hay para festejar?. Pregunta incómoda que si uno no halla un consuelo rápido de raíz puede ser catalogado como “negacionista”. Sin duda la libertad de esta y tantas palabras , el marchas o caminar sin que te pidan documentos , te persigan o te desaparezcan.

Dicho esto, que es el piso de todo sistema democrático, hay una foto que el sistema político en su integridad no alcanza a discernir.  50 % de pobres, miles de muertos por inseguridad y una pandemia que dejó hasta aquí un saldo de más de 100 mil muertos. Plantear festejos en este contexto es como repetir la fiesta de Fabiola en Olivos cuando se pedía que el ciudadanía se cuidara de los contagios. 38 años de República Perdida 3.