Alberto tuvo su Plaza de Mayo usando la careta de Néstor

El presidente tuvo un discurso de barricada en medio de una nueva convocatoria al diálogo.

El presidente probó por primera vez lo que significa hablarle a una multitud, con el epicentro de la simbólica Plaza de Mayo. Su discurso fue de barricada tomando muchos de los ejes que utilizaba su admirado Néstor. Pegarle a parte de la prensa y delimitar donde están los buenos y los malos de la política.

“Macri no quiere hablar, que se quede con sus amigos solo, haciendo negocios y si [Javier] Milei no quiere hablar, que se quede encerrado con aquellos compañeros que tiene, que niegan la diversidad y el terrorismo de Estado”, dijo ante la multitud en la Plaza de Mayo.

Alberto había tenido su bautismo de orador en la Plaza de todas las luchas peronistas el día de asunción presidencial pero compartiendo el acto con Cristina. Fue ese día que expresó “volvemos para ser mejores”.

Mientras transcurrió su pieza oratoria de aproximadamente 20 minutos, dirigentes de La Cámpora como Máximo y el Cuervo Larroque, desde un lateral de la Plaza, charlaban con los militantes prestando escasa atención a lo que sucedía en el palco principal. Parecía, por momentos, un escenario prestado.

La CGT con sus gremios poderosos fueron los principales convocantes. Cristina ausente con aviso. En varios instantes de su dichos, el presidente apeló a un ayuda memoria entre papeles que le habían diseñado.

Una frase fue clave para enmendar el error de decir la noche del domingo 14 que iba a acelerar el triunfo electoral cuando en realidad perdió en todo el país. “El triunfo no es vencer sino nunca darse por vencido”, acomodó la situación el primer mandatario.

“El triunfo no es vencer sino nunca darse por vencido”

Apeló a marcarle la cancha a parte de la prensa hablando de los grandes diarios que “generan desaliento.” Un recurso parecido al de Néstor con el famoso Clarín Miente”. Alberto fue en aquellos tiempos el que jugaba a componer las relaciones con esos empresarios y a la vez tratar de influir en sus líneas editoriales.

Dirigentes de base como Juan Grabois admitieron que “no hay motivos para los festejos” y que en todo caso la movilización fue darle aire a un gobierno en momentos sumamente complicados.

Cristina seguramente dará señales en los próximos días. Lo que diga tendrá una marca fundamental en el destino de Alberto y sus intenciones de relajamiento en medio de una ley para dar señales de acuerdo con el FMI.