Alberto y Macri salen a la cancha del Debate por el “deber ser” y el efecto sorpresa

Son muy diferentes la motivaciones en el primer Debate a realizarse en Santa Fe. El candidato del frente de Todos evitará sobresaltos.

¿Quién tiene más para ganar y quién más para perder? Como siempre, arriesgará el que va atrás en las encuestas. Macri sabe que sus marchas de la alegría del “Si Se Puede” tienen un límite, que son los sectores medios enojados por el ajuste en sus ingresos. A ellos les volverá a hablar para tratar de producir el “milagro electoral” de una segunda vuelta.

Alberto, en cambio, nunca vivió con utilidad estos dos Debates por venir, que son ajustados a una nueva ley.

El ajuste de lo reglamentario es tal que si no comete un error garrafal, seguramente pasará los tramites de manera formal y esperará cómodo el 27 de Octubre.

Al contrario de lo que ya sonó como previsible en el Debate de Jefes de gobierno porteño, el choque presidencial tiene mayores restricciones.

No tendrán posibilidad de hacerse preguntas entre los candidatos a presidente, como así tampoco se enfocará los rostros de los candidatos mientras escuchan al que le toca el turno de hablar, por lo que la percepción de los gestos e incomodidades en los atriles solo los tendrán los pocos referentes de asesores y colaboradores que estarán en las primeras filas del recinto de la Universidad del Litoral.

La previa indica pertenencias socio culturales políticas muy diferentes. Macri comenzó la política como un outsider aprovechando su éxito en el Mundo Boca y referenciándose en el sector empresarial bajo la tutela de su padre, Franco.

Alberto, por su parte, proviene del mundo académico y primero como técnico y después como cuadro político confía en su saber y oratoria.

Algunos creen que sobre estima el escenario de este tipo de lenguaje de debates televisados y que tendrán muchos resignificados a través de las redes sociales, y que en ese sentido, Macri está mejor rodeado y más curtido, ya que viene realizando estas experiencias desde sus primeros intentos por ser referente en la Capital Federal, desde sus debates ante Aníbal Ibarra en el 2003.

Al líder de la fórmula que comparte con Cristina lo asiste en el discurso Juan Courel, un especialista en comunicación que ya trabajó en la gobernación de Daniel Scioli. Courel mejora la transmisión de ideas de un candidato que a veces por querer estar en todos los frentes, puede descuidar alguno.

Macri entrenó, estos días, como Boca par su gran chance de recuperación frente a River en la Copa Libertadores. Coaching a full y agudizando los enfoques en las contradicciones de su adversario en cuanto “cómo  gobernará con La Cámpora y Cristina”. Los penales a atajar vendrán del lado de la economía.

Los pocos moderados, indecisos de la Grieta, serán un público Gourmet a enamorar o al menos no espantar.