Ante una luna de miel corta, Alberto espera parir un marzo con nuevas expectativas

El mes clave para el acuerdo rápido con binistas privados y FMI.El ajuste con caricias tiene un límite.

Saben en la Rosada que la luna de miel se irá apagando durante el regreso de las mini vacaciones devaluadas de millones de argentinos, en los que recae el peso de las principales medidas del ajuste.

Un nuevo gobierno que nació antes de asumir, con la victoria categórica de las PASO, y que puede sufrir un pronto deterioro ante la poca paciencia de los sectores medios.

Por eso, las caricias después del garrote, deberían dar paso a un plan económico integral que despierte esperanza en el futuro.

El presidente piensa que ese tiempo de “vender la recuperación anímica” vendrá de la mano de desembarazarse de los primeros vencimientos de la mega deuda comprometida por el macrismo.

De la dureza de la campaña, con un revaival del peronismo anti yanqui, se pasó al pragmatismo puro. Una negociación rápida y lo menos sangrante posible.

Un nuevo gobierno que nació antes de asumir, con la victoria categórica de las PASO, y que puede sufrir un pronto deterioro ante la poca paciencia de los sectores medios.

La misión del FMI llegará con las primeras luces del 2020. Los espera Guzman, con el aval del símbolo de la heterodoxia económica Joseph Stiglitz. El Premio Nobel de economía es una voz crítica del Fondo pero a la vez respetada.

Fue Stiglitz mismo el que sondeó a acreedores privados para prorrogar por dos años todos los pagos (capital e intereses) de la deuda de la Argentina.

Se espera que su discípulo Guzmán termine bien las negociaciones con un anuncio a mediados de marzo. Tras eso se construirá un paquete de medidas más a largo plazo.

El plan de reestructuración se incluirá como un anexo del nuevo Presupuesto que está a cargo de Cecilia Todesca. Ella junto con Kulfas son el verdadfero tándem de las medidas aliviadoras y el futuro plan económico, sustentados por el ala madrina de la tiular de la AFIP, Mercedes Marcó del Pont.

A el trio se les unirá la lógica de un plan de contención laboral que se aspira anime también a empresarios a tomar nuevos emplados. El presidente tiene fe en los aportes que haga en esa materia su amigo, el Ministro de Trabajo Claudio Moroni.

Las principales espadas sindicales prometieron paciencia, en la medida que el salario mínimo se vaya moviendo y la inflación baje, en forma continua. Moyano no conce la palabra paciencia y amenaza con acompañar ciertos reclamos callejeros.

Antes del brindis, el Ejecutivo prorrogó el Ahora 12 y extendió por 30 días más el congelamiento de los créditos UVA. Antes, Alberto desautorizó a Nielsen con un nuevo aumento de los combustibles. Todo muy frágil, para pisar con cuidado, como la esperanza e incógnitas que generá un comienzo de un Nuevo Año.