“Chiche” Duhalde habló de “cosas muy dolorosas” que vivió con los Kirchner

La ex primera dama dio una entrevista distinta con Mex Urtizberea. Escuchá el audio.

A 18 años de las elecciones que llevaron a Néstor Kirchner a la Casa Rosada, Hilda “Chiche” Duhalde aseguró que con su compañero de vida Eduardo Duhalde vivieron “cosas muy dolorosas” con el matrimonio Kirchner en aquella época.

Algunos ya no se acuerdan o ni siquiera habían nacido, pero fue Duhalde, por aquel entonces presidente de la Nación elegido en la acalorada Asamblea Legislativa del 31 de diciembre de 2001, el que impulsó el salto del desconocido gobernador patagónico al Sillón de Rivadavia el 27 de abril de 2003.

Pero con tantos años en el medio, “Chiche” ahora prefirió callar cuando fue consultada por Mex Urtizberea en “El Mañana” por Radio del Plata. Lo hizo por dos cosas: porque “a la gente no le importa demasiado” lo que pasó y porque “no vale la pena contarlo si realmente se quiere cerrar la grieta”.

Mex insistió en saber detalles de la pelea: “Me gustaría que todos fueran amigos”. Y “Chiche” solo cedió un poco: “A mí también me gustaría ser amiga de todos. Nunca tuve un enojo personal con ella, pero no vino de mí lo que pasó”.

El final de la charla transcurrió con chistes de un lado y del otro, pero el principio de la conversación, generalmente muy usado para romper el hielo, mostró el otro lado de Duhalde: la dirigente siempre activa a pesar de todo.

Y fue así como no tuvo problemas en dar consejos de manera pública al Gobierno: “Este año es peor que el año anterior por las nuevas cepas y por el arrastre económico. Habría que achicar el Estado, no hacen falta más de 20 ministerios, para volcar esos recursos a la Salud”.

“Yo elegiría los ministerios esenciales y a los demás los bajaría de rango. No tomaría más empleados públicos, no echaría gente, pero no tomaría más. Parece poco, pero todo ayuda, todo es gasto, como en la casa de uno”, comparó la creadora de las “manzaneras” en el Conurbano.

Eso sí: hay algo que aunque pasen los años Hilda nunca dirá. No porque no quiera sino porque no sabe: por qué su hermano le puso “Chiche”. Tanto que en su casa no hay grieta: “Nadie me conoce por Hilda, todos me dicen Chiche”, cerró.