Ballestero sufrió otro “escrache” y tuvo que cambiar de gimnasio

Jorge Ballestero, integrante de la Sala I de la Cámara Federal porteña, no atraviesa su mejor momento. Es uno de los jueces más enfrentado al macrismo. Encima su vida social se complicó

mucho este año por una serie de fallos polémicos. Hagamos memoria. Freiler firmó el fallo que confirmó la desestimación de la denuncia del fallecido fiscal Alberto Nisman en contra de la presidenta de la Nación, Cristina Kirchner, por presunto encubrimiento de la AMIA. También firmó varios fallos en el caso Hotesur, que involucra a la presidenta, como el apartamiento del juez Claudio Bonadio de la causa. A eso se suman otros votos polémicos en casos de corrupción, que le valieron cuestionamientos de la oposición. Y también de la sociedad.

Ya es conocido que Freiler sufrió un escrache de parte de sus vecinos, en el country Mayling de Pilar, cuando concurrió al restaurante del lugar junto con su esposa y una pareja. También fue apartado en el círculo íntimo del grupo con el que jugaba al golf. Lejos quedaron aquellas épocas en que el camarista caminaba por las veredas del barrio de Caballito.

Lo que no había trascendido hasta ahora es que Ballestero sufrió hace un tiempo un episodio muy incómodo: el encargado del gimnasio Megatlon ubicado en el Paseo Alcorta, según reveló una fuente de su entorno a este sitio, le pidió que no concurriera más al lugar porque no era bienvenido.