Boudou lleva cámara propia para grabar la declaración ante Lijo

Si no hay sorpresas en las próximas 24 horas, Amado Boudou se presentará mañana en Comodoro Py y se convertirá en el primer vicepresidente en ejercicio que es indagado por un hecho de corrupción. Según su entorno, no declarará por escrito: contestará las preguntas del juez Ariel Lijo y del fiscal Jorge Di Lello. El contenido de las respuestas solo él lo sabe, pero hay una estrategia consensuada desde hace varios meses con sus abogados, con los que volverá a encontrarse esta tarde, en su casa o en el Senado, para consensuar los últimos detalles.
Boudou le apuntará a tres objetivos, confiaron allegados al diario Clarín. El primero es la empresa Boldt, inquilina de Ciccone antes del ingreso de The Old Fund. Ya castigó a esa empresa en abril de 2012, en su famoso discurso del Senado, que provocó la renuncia del ex procurador Esteban Righi.

Uno de los nombres que podría sonar mañana es el de Guillermo Gabella, el director de Boldt que denunció ante el juez que José María Núñez Carmona lo presionó para que le entregara la imprenta. El abogado de Boudou, Diego Pirota, le respondió con una denuncia por falso testimonio. “En la causa hay pruebas suficientes para sobreseer a Gabella”, aseguró esta semana una fuente judicial que conoce el caso Ciccone.

En la intimidad, Boudou desprotrica sobre los vínculos políticos de la empresa Boldt con el duhaldismo y con el gobernador Daniel Scioli. También acusa al ministro Florencio Randazzo de haber tenido un rol clave en el comienzo de la causa. ¿Se animará a decirlo ante el juez? Desde su entorno lo relativizan. Y advierten: “Si los menciona, al día siguiente se tiene que ir del Gobierno, salvo que tenga el aval de Cristina”.

Otra fuente que conoce a Boudou desde sus comienzos en el kichnerismo no descarta ningún escenario. “Con Daniel tiene una buena relación, pero si busca embarrar la cancha, todo sirve”, razonó ayer.

En el entorno del vice nadie quiere adelantar ni una coma de su declaración, aunque admiten que tendrá un segmento de fuerte contenido político. “Va a contar lo que esconde el negocio del juego”, respondió una fuente.

Boudou también le apuntará a la familia Ciccone. No es sorpresa. Ya lo hizo varias veces, antes y después del llamado a indagatoria.

El tercer “objetivo” es el juez Lijo, quien cuenta con el respaldo de la mayoría de sus colegas. “Lo quiero ver cara a cara para decirle algunas cosas”, amenazó Boudou desde la mesa de 678. No se descarta algún golpe bajo hacia el magistrado.

Lijo lo espera con una batería de preguntas. Boudou deberá responder por su amigo Sergio Gustavo Martínez, ex socio minoritario de The Old Fund; por los viajes que pagó esa sociedad a su hermano y a su socio; y por los llamados de su secretario privado, Eduardo “Cachi” Romano a la sociedad que presidía Vandenbroele. El vice también deberá responder cómo The Old Fund, sin experiencia, asesoró a la provincia de Formosa para reestructura su deuda.

A la audiencia solo ingresarán los dos abogados de Boudou, Eduardo Durañona y Diego Pirota. Antes de arrancar, insistirán con un insólito pedido de televisación en vivo, aunque el juez ya rechazó el viernes un planteo idéntico. Por las dudas, irán al juzgado con una cámara propia.

Si no hay televisación, no se descarta que dé un discurso en el escenario que se montará en la puerta del edificio.

Previo al interrogatorio, el juez también podría rechazar las nulidades planteadas esta semana por los abogados. Pero no incidirá en el desarrollo de la audiencia. Tarde o temprano, Lijo rechazará las nulidades, que seguirán su trámite hasta Casación.

La indagatoria de Boudou cambiará el ritmo habitual de Comodoro Py, adentro y afuera del edificio, donde se espera una movilización de sectores del PJ y de sindicatos. Ya está pedido un refuerzo de la seguridad. “El lunes también está el juicio de Once y hay audiencias por juicios de lesa humanidad. Vamos a garantizar la seguridad sin sobreactuaciones”, dijo ayer el presidente de la Cámara de Casación, Mariano Borinsky.