Campaña del miedo: el peligroso camino que tomó el kirchnerismo con Santana

El agresivo giro del equipo de campaña oficial dejó en evidencia prácticas deleznables que han sido realizadas en otros países, aunque no siempre con buenos resultados. Los antecedentes en Argentina.

La disputa por el poder tanto en la Argentina como en el mundo despierta las peores prácticas de la política, que se manifiestan en campaña frente al riesgo de perderlo todo. En esa situación está parado hoy el kirchnerismo, que tras el traspié del domingo 25 comenzó la carrera hacia el ballotage con una agresiva y peligrosa estrategia: la campaña sucia.

Con mensajes de todo tipo donde se insinúan que ante un eventual triunfo de Macri habrá despidos masivos, privatizaciones a mansalva, amnistía a los represores y una larga lista de cosas que la opinión pública ve como negativas, el kirchnerismo ha decidido ir a todo o nada de cara al 22 de noviembre, utilizando no sólo las redes sociales sino también el canal oficial o medios afines. El último domingo, en el entretiempo de Boca campeón, la TV Pública a través de una edición mal intencionada relacionó a Macri con Martínez de Hoz o el sitio de Diego Gvirtz, Diario Registrado, publicó una nota donde supuestamente María Eugenia Vidal echaba empleados sin todavía haber asumido como gobernadora. Campaña sucia que pagamos todos.

diario registrado

Pese a esto y a las denuncias del frente Cambiemos por estas prácticas deleznables, la campaña sucia no es garantía de éxito, y menos en la Argentina. El ejemplo de positivo que todos recuerdan rápidamente y por el que aparece el nombre de Joao Santana, “el mayor estratega de campañas de América Latina”, es el de Brasil 2014, donde el asesor que ahora trabajaría con Daniel Scioli condujo a Dilma Rousseff a ser reelecta por escaso margen. Allí directamente se hablaba de que si no ganaba la candidata del PT te iba a faltar el plato de comida en tu mesa.

Santana, que cree que “pierde el que no sabe atacar”, también tuvo éxito en las campañas de Lula en 2006, El Salvador en 2009, República Dominicana y Angola 2012. El sciolismo, por medio de Pepe Scioli, salió a negar su contratación, pero la coincidencia entre los videos que se viralizaron en los últimos días es destacada.

Sin embargo y pese a los triunfos mencionados, en Argentina, la historia de campañas sucias no es un buen presagio para el candidato del Frente para la Victoria. Eduardo Angeloz arremetió con dureza contra Carlos Menem en 1989, pero igual terminó perdiendo. Idéntico resultado sufrió Eduardo Duhalde en 1999 contra la Alianza, tras haber hecho denuncias de todo tipo. ¿Más cercano en el tiempo? Francisco De Nárvaez en 2009, cuando al filo del cierre de la campaña en provincia de Buenos Aires le inventaron una causa por tráfico de efedrina. El resultado todos ya lo conocen.

Con todos estos antecedentes, el oficialismo ingresó en un terreno sinuoso de incierto final. Para algunos es la última esperanza después de un domingo 25 negro en el que perdió más que la provincia de Buenos Aires, pero para otros, la candidatura de Daniel Scioli está sellando su certificado de defunción electoral.