Carolina Stanley contiene la olla ante las organizaciones sociales

La funcionaria tiene un rol clave para evitar sobresaltos en diciembre. Preocupan los intentos de saqueos. Cómo es su relación con Pérsico y Grabois.

La ministra de Acción Social Carolina Stanley sumó poder en la reestructuración del gabinete, tras la crisis cambiaria. Agregó las áreas de Salud y Seguridad Social. Dicen que con el nuevo organigrama pasó a integrar la Mesa chica del poder junto con el actual Vicejefe de Gabinete, Andrés Ibarra.

La funcionaria le aseguró anoche a Lanata que el Estado ya destina cerca del 70% de su presupuesto para gastos sociales.

La entrevista con Lanata fue puesta al aire desde al cocina de la funcionaria …

En esa misma geografía, donde se grabó la entrevista, suelen almorzar, en distintos momentos, Stanley y los dos referentes clave de las marchas sociales: Emilio Pérsico y Juan Grabois.

Atenderlos de manera diferencial tiene que ver con no morder la cola del internismo de las agrupaciones sociales. Pérsico tiene los botones de la burocracia de los planes desde la época de Scioli, y con Carolina entabló una muy buena relación personal.

Pérsico se endureció ante la irresponsable postura de Patricia Bullrich de responsabilizar a los Movimientos Sociales y sus dirigentes de los diversos intentos de saqueos que acontecieron en territorio nacional. Esta tirantez lo llevó a afirmar que “este gobierno ya fue” o que “los saqueos son un montaje de este gobierno”.

En una postura más dura se encuentra el enviado del Papa, Grabois, quien llegó a creerse un iluminado de la protesta: “Si el pueblo se cansa yo voy a estar con el pueblo”.

Stanley ya había anunciado un refuerzo en la AUH en septiembre y otro en diciembre: “En este momento decidimos estar al lado de las familias que peor la están pasando, que sienten angustia e incertidumbre, para que estén tranquilas”.

La posible candidata a vice en una ahora remota reelección de Macri, trata de contener una olla a presión cada vez má complicada. Por ahora tiene con qué. Al mismo tiempo, los dirigentes de la oposición no quieren quedar como empujando al abismo a un gobierno que sigue débil tras el cimbronazo económico.