Carrió y las medialunas

El régimen quedó a un costado. Hace unas semanas, Elisa Carrió volvió religiosamente a desayunar en su parada preferida en Recoleta, el bar Victoria. Siempre pide dos medialunas y la mayoría de las veces sorprende leyendo el diario a las 10, sola en una mesa. Enseguida se le acerca algún fan que ella invita a compartir una charla sobre política.