Casanello sorprendió al Gobierno y mandó la causa por la fiesta en Olivos a San Isidro

El Presidente lo había elogiado en una entrevista. Las defensas analizan los pasos a seguir.

“Fue un baldazo de agua fría, nadie se la esperaba”, admitió uno de los abogados defensores en la causa por la Fiesta de Olivos minutos después de recibir la resolución del juez Casanello. El magistrado se declaró incompetente y mandó la causa a San Isidro, que tiene jurisdicción sobre la causa de Olivos. Sorprendió porque todavía no había un planteo concreto de la jueza Sandra Arroyo Salgado. Se descontaba que primero iba a resolver sobre un pedido de inconstitucionalidad de los decretos, realizado por el mediático Mauricio D’Alessandro, y luego iba a correr vista de la presentación del presidente Alberto Fernández.

La decisión de Casanello descolocó a todos.

Las especulaciones ya comenzaron. En Tribunales nadie desconoce que el juez estaba molesto porque lo perjudicaron en el concurso para acceder a la Cámara federal. No es un tema menor para sus aspiraciones personales.

El Presidente lo había elogiado el viernes pasado en una entrevista con Radio 10. “Es un buen juez”, dijo. Pero no le trajo suerte.

Si la causa va a San Isidro y le toca a Arroyo Salgado es una mala noticia para el Gobierno. La jueza federal tuvo un enfrentamiento abierto e irreconciliable con el kirchnerismo tras la muerte de su ex marido, Alberto Nisman. 

El Presidente y algunas defensas apuntaban a un cierre rápido de la causa, con una reparación económica, tal como propuso el Presidente en su presentación. El escenario ahora cambió para mal. En cualquiera de los escenarios, la definición se demorará varias semanas.