¿Comienza la separación gradual entre Alberto y Larreta?

El primer roce fuerte llegó horas después de la alegría gubernamental por el acuerdo con los bonistas. Los dos gobernantes sufren tironeos.

No es casual que tras los aplausos y abrazos de Alberto a Guzmán por el primer cierre exitoso de la reestructuración de la deuda externa, los caminos entre el presidente y Horacio Rodriguez Larreta comiencen a tensionarse y aceleren el camino hacia la bifurcación de las futuras competencias.

La frase de Alberto en el sentido de “no es momento de debatir con Horacio, en medio de la pandemia”, tuvo una premartura fecha de vencimiento: duró menos de 24 horas.

La cuestión dista de ser rupturista pero ambos se encuentran incómodos con la foto de la familia unida que generó la necesidad de proyectar ante la opinión pública una imagen de cohesión y equipo responsable.

Los dos están tironeados. Alberto con el Insituto Patria, que siempre centra sus acciones en acumulación de poder y choque de competencia electoral. Y el Jefe de gobierno porteño apurado por el ala macrista dura que ve sangre con todo lo que huela a peronismo.

El presidente de la Nación expuso su preocupación por las camas que faltarían en la Ciudad y por los pacientes del PAMI que van atenderse a Provincia. Larreta, dipolomático 24 por 24 , mandó a su mejor comunicador a contestar: el ministro Quirós recordó que el PAMI es un organismo autónomo y dependiente de la esfera nacional.

El PAMI depende de Luana Volnovich, una cristinista pura. Dicho sea de paso, se cuenta que Alberto no estaría muy conforme con su desempeño. ¿Podrá removerla en futuros cambios de gabinete?

En los informes pandémicos compartidos, Alberto mostró permanente empatía con Horacio al que lo llamó “amigo”. Los tiempos políticos, el apalancamiento del gobierno nacional con el acuerdo macro del FMI, hacen sonar las estrofas de Alberto Cortés: “Cuando un amigo se va….”.