Con las fotos de Alfonsín y Duhalde, Alberto opera en defensa propia

El llamado Albertismo está herido antes de nacer. La ínfula de Cristina en el armado del gabinete, pone al presidente electo en el mismo desafío que tuvo Néstor, pero con grandes diferencias.

Alberto vivió de cerca la independencia de Néstor de su padrino, Eduardo Duhalde. El famoso poder de la lapicera se ejecutó con una serie de actos y definiciones como por ejemplo remover a los miembros de la Corte Suprema.

Uno de los principales tips, de un nuevo “rey” que reemplace un  anterior liderazgo, consiste en tomar medidas de arranque fuertes que logren su empoderamiento.

¿Cuáles serían, en este difícil contexto, las medidas que le permitiría absorber autonomía al presidente electo? Las realidades parten de situaciones muy diferentes de aquel complicadísimo 2002.

Lo primero que hay que marcar es que en la pasada crisis de comienzo de SXXI, fue un gobierno peronista, de emergencia, el que la pasó el poder a Néstor. En la actualidad, el traspaso es de un gobierno de signo no peronista a el regreso un colectivo de peronistas y kirchneristas unidos, tras un intervalo de cuatro años.

El regreso y la tan mentada “unidad”, llegaron antes de lo imaginable y gracias a las torpezas del macrismo. Duhalde lo había elegido a Néstor casi por descarte: se barajaron al menos 3 nombres antes del Pingüino .

El ungido tándem presidencial, nació de una jugada maestra de Cristina que además es dueña de la mayor parte de los votos de la pasada contienda de octubre.

El Cabezón apostó a ser titiritero de Néstor y le salió mal, y Alberto fue constructor de ese volantazo. El problema que tiene el “operador” de entonces, es que esta película debe protagonizarla, en exclusivo, y su coequiper está más viva que nunca. Pareciera que dependerá de la posible grandeza de la ex mandataria más que de las habilidades innatas de Alberto.

Las medias económicas que se vislumbran todavía no tienen un cerebro claro e insdiscutible. Néstor lo tuvo a Lavagna. El fallido candidato a presidente, el economista de la tercera vía, quedó enojado con su perfomance electoral y no piensa volver a ser un timonel del salvataje del naufragio.

Las medias económicas que se vislumbran todavía no tienen un cerebro claro e insdiscutible. Néstor lo tuvo a Lavagna. El fallido candidato a presidente, el economista de la tercera vía, quedó enojado con su perfomance electoral y no piensa volver a ser un timonel del salvataje del naufragio.

La trabajosa unidad del peronismo obliga a acuerdos quirúrgicos para el armado del gabinete, que en las últimas semanas la turvieron a Cristina como una de las principales cirujanas. Ese, soñaba Alberto , iba a ser su acto constitutivo del nuevo poder. Elegir a los principales colaboradores en puestos estratégicos y dejar al resto: Cristina y Massa, estamentos accesorios.

A Massa lo bajó de un hondazo la propia ex mandataria, impugnando a Diego Gorgal para el Ministerio de Seguridad. Luego, Alberto quedó expueto en un tuiter cumplienod la orden. En Puerto Madero, prefieren pensarlo como un acuerdo entre dos, en la que queda como “Maléfica” es Ella.

Sea como sea, la transición tan debatida y larga, teminó produciendo un desgaste a la figura de Alberto y a sus mentados colaboraderes que recién serán confrimados, el próximo viernes a las 18.

El esquema actual no tiene precedentes en la histotria de la argentina y menos en al del peronismo y su estructuración del poder. Una vice qeu vuelo propio, que arranca con parte de la lapicera y que solo un gesto magnánimo o sus problemas personales, puede dejar ser al presidente cantante.

Por cierto Alberto tiene su propia partitura: “volvimos para ser mejores”. Para esas estrofas, suma a figuras ex presidenciables con su experiencia. En el discurso : la figura del Padre de la democracia: Raúl Ricardo Alfonsin, y de paso un guiño para los radicales disconformes con su sociedad en Cambiemos. A Ricardito le dedicó unos minutos, como portador del apellido.

También, en la misma semana, se vio con Eduardo Duhalde. Su Mesa de Diálogo Argentino entre Empresarios, sindicatos e Iglesia es un espejo poderado en estos tiempos de Grieta. Su resurrecion junto con la de Chiche es una jugada de Alberto para contener al peronismo no K.