Con Vidal se encendieron los motores de la campañá

El regreso de vacaciones de la gobernadora María Eugenia Vidal y de  Emilio Monzó, presidente de la Cámara de Diputados de la Nación, aceleró la campaña electoral del gobierno de “Cambiemos”.

 

La foto de la comida que la propia cúpula de Cambiemos exhibió es una campana de largada oficial a la campaña por las legislativas 2017.

Aún hay muchas cosas por definir (lo mismo sucede en el conglomerado opo-oficialista), pero Mauricio Macri, quiere homogeneizar equipos y, con ese criterio, necesita a Monzó y Vidal tirando del mismo carro, pese a diferencias políticas notorias y a qué peronistas hay que captar en el río revuelto a partir de la derrota electoral de 2015.

A la vista se prevé, antes de que finalice febrero, una reunión cumbre de la un tanto destartalada Unión Cívica Radical, en Villa Giardino, en Córdoba. Allí, entre otras cosas, se resolverá qué hacer con algunos jarrones delicados: Martín Lousteau, Alfonso Prat-Gay, dos que se cotizan alto.

Elisa Carrió (carta fuerte en la provincia de Buenos Aires) y sus embates, el último al jefe de la AFI, Gustavo Arribas, es un capítulo aparte, pero aquí Mauricio, como anticipó ExpedientePolítico, ni piensa en soltarle la mano. La transparencia paga bien, en momentos en que la gente despotrica contra los políticos y sus privilegios.

Algunos macristas (¿Marcos Peña, Jaime Durán Barba) sostienen que el líder del Frente Renovador, Sergio Massa, se está cavando la fosa solo. Y ponen el ejemplo de su viaje a Estados Unidos, donde fiel a su estilo dual, asistió a la jura de David Trump y luego participó de la marcha opositora de mujeres. Pero Monzó (en esto no discrepa tanto con Vidal) no lo deja de tener en cuenta a la hora de apurar la sanción de algunas leyes. Al ex UCeDé,  también le gustaría acercar a dirigentes como Julián Domínguez y Florencio Randazzo.

La gobernadora mimada por las encuestas, no reniega por su lado otros acercamientos, por caso con Eduardo Duhalde, quien es empujado por detrás por su esposa Hilda “Chiche” González, a la que no le gusta pasar desapercibida.

“Mientras más divididos vayan los peronistas, mejor para nosotros”, comentó a ExpedientePolítico, un dirigente de “Cambiemos” con ejes claros en el horizonte: sacar limpiamente la nueva ley de ART para deatener juicios laborales que serían muy onerosos al Estado, expulsar a extranjeros “indeseables” o directamente no dejarlos entrar al país y reforzar medidas contra la delincuencia.

Hay un proyecto del titular del bloque de Senadores del PJ, Miguel Pichetto, (en realidad de vieja data), que aceita los cañones para que aniquilen desarmaderos de autos e impidan el accionar de “motochorros”.

 

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