Una premiación que lució toques de buena conducta: ¿y si lo hacemos en casa…?

Rodolfo D’Onofrio se asemejó a un estadista en el verde del Bernabéu. ¿Por que no se vio a Angelici?

¿Cambiamos el chip en menos de una semana? La Argentina mostró dos caras inversas. La real interna, con el cambalache de dirigentes, y barras y los buenos modales en el Primer Mundo.

Rodolfo D’Onofrio se asemejó a un estadista en el verde del Bernabéu. La contracara de lo que fue o es en medio de la tormenta por el grave ataque al micro de Boca. En esas largas semanas de debates, el presidente de River tuvo distintas caras. Del repudio al populismo de pensar que había un plan maquiavélico para quitarle la Copa. 

https://twitter.com/RodolfoDonofrio/status/1071914012521259008

Por su parte, Daniel Angelici exhibió el perfil de un dirigente oportunista. Se dejó marcar la cancha por el vestuario y los jugadores claves de Boca que nunca pusieron voluntad en poder acercar posiciones. Duro reclamando los puntos y la Copa por default, una vez que se jugó no quiso asimilar la derrota. Sin otra reelección, sabe que sus chances de imponer un candidato se acotaron con la derrota deportiva ante el eterno rival.

El Tano dejó el soledad a los jugadores cabizbajos y lo que es aun peor a su DT saliente que solo recibió el consuelo del Muñeco Gallardo y D’Onofrio mientras se escuchaba el festejo ensordecedor de los Millonarios.

Horas antes, había grabado junto a su par de River un abrazo, bastante forzado, en torno a la entrevista producida por Lanata.

https://twitter.com/radiomitre/status/1071966087217061888

 

¿Qué pasó para que tardaran tanto las imágenes de pacificación necesarias para algo que siempre fue nada más que un juego y espactáculo deportivo?

https://twitter.com/442/status/1071910167254568962

Los españoles dieron un mensaje desde el arranque mismo de “las fiesta”, poniendo el himno nacional para unir a las parcialidades.

Los “malditos” se colaron en torno a la transmisión del Primer Mundo. El Pipa Benedetto festejó su golazo sacando la lengua al rival, a poco tiempo de haber reivindicado al bravo Rafa Di Zeo.

https://twitter.com/yoeldemian2/status/1071893377510187008

Ls bueno también. Ni bien terminó el partido llegaron los consuelos.  El capitán Pablo Pérez fue el más buscado, con todavía huellas de la violencia en su ojo.

Los plateistas europeos que fueron a ver de qué se trata el fútbol sudamericano, se habrán interrogado que llama enciende a los hinchas nativos, un fútbol repleto de fricción , quejas y polémicas con el árbitro. Si bien los cuatro goles reivindicaron el ADN de los protagonistas, en términos del Conquistador quedó la idea de que al fútbol se juega como se vive.

Si alguien piensa que los buenos modales, demostrados en la final exiliada, lava las culpas y responsabilidades de no haber podido jugar en la patria , harían una mala lectura y volvería todo a su punto natural de la violencia e intolerancia. 

En pequeñas cuotas , algo de eso se vieron en los festejos en Buenos Aires,.En el Monumental se acordaron de la parentela de Macri y en el Obelisco los vivos de siempre vandalizaron el festejo.

https://twitter.com/asenjo88/status/1071969605432705024