La crisis en la Corte aumenta las posibilidades de hegemonía del Gobierno

Ricardo Lorenzetti terminó confirmado por sus pares como presidente del Alto Tribunal, tras amagar con renunciar, argumentando “cansancio moral”. Lo que no se puede ocultar es que la Corte atraviesa una crisis profunda que pone en duda su funcionamiento futuro. El gobierno huele sangre y va por el ministro más longevo, Carlos Fayt. El periodista oficialista, Horacio Verbitsky, dejó expuesto a Lorenzetti en sus irregulares procedimientos internos (adelantó su reelección como presidente de la Corte) y las dificultades de Fayt, quien firmó el último acuerdo desde su casa y no, como indica el reglamento, en la Sala de Acuerdos.

Ahora en la Rosada dicen: “Antes era una tapa de Clarín, ahora una firma del Perro te deja afuera”. Como en otros casos, Lorenzetti optó por hacer un viaje al exterior en su peor momento.

Aníbal Fernández encabeza la ofensiva que pretende antes del cierre del gobierno de Cristina: alinear los planetas en la Corte. Lo de Roberto Carlés quedó en el tintero. El candidato de Cristina para cubrir la vacante de Zaffaroni apuntó:”Si hacemos un examen psicofísico para manejar un auto no sería descabellado hacer lo mismo en la Corte”.

Cristina quiera garantías en su futuro. Ni Scioli ni Macri, posibles futuros ocupantes de Olivos, se las dan. La pelea por un lugar en la Corte es de vital importancia.