Cristina cerró en cámara lenta ante una multitud

Se la notó rara ante una multitud. Como telonero, Jorge Taiana recorrió la pasarela como un rock star.

¿Qué la pasaba? Los que invadieron Racing para aplaudirla o los que la siguieron para criticarla en la tv, todos la notaron rara. Primero se quejó del sonido. Parece que le devolvía cierto delay. A la mitad de su discurso, repleto de frases sueltas y en tono suplicante, Cristina se volvió a quejar del sonido e hizo cambio de micrófono.

Su cadencia discursiva siguió lenta y con cantito. Los pibes de La Cámpora se podría haber preguntado si la que veían en el escenario 360 de un Racing repleto (más de 50 mil personas) era Fátima Flores.

Se la vio nerviosa e inconexa. Mencionó al General Perón, aunque nunca en su presidencia lo utilizó como símbolo de su relato.

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En cambio, Taiana ingresó en el arranque caminado la pasarela como un dirigente acostumbrado a manejarse con las grandes masas. Una conversión de un dirigente de las capas intelectuales del peronismo, no acostumbrado a la oratoria en grandes escenarios.

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Lo mejor: el baile del final. El entrenamiento de Zumba parece que la dejó enganchada. Habrá que esperar al domingo.