Cristina: ¿Dónde queda la calle Letanía?

La vice bajó línea política en su canal preferido. Sus subtextos y la pelea por seguir siendo la líder del peronismo.

La palabra más mencionada por Cristina en la nota que concedió a su canal amigo ( C5N) fue “letanía”. La señora de los subtextos administró los clímax a su antojo. Obligó a trasnochados a revisar el diccionario RAE. ¿Será una nueva calle? ¿El país no se llamaba Letonia?

Lanzó la misteriosa y elegante palabra cuando el conductor de Duro de Domar la invitaba a escuchar el coro de adeptos gritando “Cristina presidente”, horas después de su carta resignando todo tipo de candidatura aunque aferrándose a la influencia dentro del peronismo.

Fuimos al diccionario entonces. Según la primera acepción de RAE, letanía es “oración dialogada compuesta por una serie de súplicas o invocaciones breves a Dios o a los santos que una persona recita o canta y que las demás repiten”. Segunda lectura: reiteración de algo por cansancio.

A sus fanáticos, el no apelar a la literalidad de las cosas les permite seguir soñando con el “operativo retorno”. En la nómina de sinónimos de letanía figuran: súplica y rollo. ¿No era “no se hagan los rulos”?

Hay que reconocerle, de una vez por todas, a la semióloga del poder que siempre se las ingenia para estar en el centro de la escena. Los estudios de C5N fueron su iglesia para un sermón que tuvo números de rating nada despreciables. Alcanzó picos de 11 puntos, restándole público a LN+ y a los “nenes malos” de TN.

Alcanzó picos de 11 puntos , restándole público a La Nación + y a los “nenes malos” de TN.

En definitiva, a su coro Kennedy se le sumaron otros espectadores rabiosos dispuestos a lanzarle pochoclos desde el living de sus casas, de clases medias asustadas por quien llame a sus puertas. Ella sabe lo que despierta. De ese veneno se alimenta. Creyéndose heredera de Perón y Evita, soñará con el día en que los consorcistas la expulsen de su casa  de Recoleta, la misma que fue escenario del atentado de Los Copitos.

En el lugar de Duggan hubo otros famosos periodistas (muy pocos) que pudieron entrevistarla en otras oportunidades. A todos les pasó, con sus más o menos, el quedar eclipsados por su carisma. Otra vez vamos al diccionario…

Carisma: “en el campo de la sociología una capacidad personal para atraer o fascinar, y en el campo religioso y de la mística cristiana un don gratuito concedido por Dios a algunas personas para el bien del conjunto”.​

Quizás la pregunta que falta dilucidar, sobre su figura, es si la trampa está en la creencia de los otros o como describía el filósofo Nietzsche, tomando a los estoicos, sobre la idea del eterno retorno, es decir un mundo circular que cuando termina vuelve a empezar.

Eso si, Cristina en esa concepción solo recuerda los éxitos y los fracasos son de los otros.

Horacio Caride