Cristina herbívora no garantiza la pacificadora

Su vuelco hacia un discurso componedor sigue teniendo grietas sobre las verdaderas intenciones a nivel de nuevo contrato social.

Cristina jugó un papel de componedora y líder racional en su aparición en la Feria del Libro. Un acto político sumamente estudiado que tuvo un resultado auspicioso para sus aspiraciones de regreso al poder.

Su mensaje sobre un nuevo contrato social en la sociedad argentina dejó muchas dudas. No queda claro si la tendría a ella como líder o acompañante de un sustituto elegido por ella.

Mientras hablaba en la Feria de forma herbívora, un grupo de militantes hostigaba a una periodista de TN con epítetos y carteles contra el Grupo Clarín.

El ex jefe de gabinete de los Kirchner, Alberto Fernández, reivindicado públicamente por la potencial candidata, llamó a la periodista para pedirle disculpas y repudiar los hechos. Pero Cristina no se expresó.

“Hace mucho conozco a Maru y la aprecio. Cuando en épocas de Cristina había ataques a los periodistas siempre me puse del lado de los periodistas. Estoy convencido de que cada uno tiene derecho a expresarse“, fue la frase final del hombre de los gestos conciliadores.

Siempre hubo grupos marginales que pretender interpretar a su líder y ejercer violencia verbal o física para defender una causa. Los tuvo Carlos Menem también cuando un grupo de “batatas” (Grupo de choque del Mercado Central) golpearon a cronistas que cubrían una presencia del riojano, en medio de protestas en la inauguración de la Sociedad Rural, en 1993.

Albero Fernández siempre fue quien trató de equilibrar posturas extremas del kirchnerismo. Su historia terminó en el segundo mandato de Cristina cuando fracasó en los intentos y los grupos radicalizados le ganaron la partida.

Hoy la “nueva Cristina” parece revalorizarlo y convertirlo en una pieza clave de su armado de campaña. ¿Bastará para creerles?

Su idea es proyectar una Cristina pacificadora. El nuevo contrato social resaltado en el discurso de la presentación del libro Sinceramente, reemplaza a la tan gastada “unidad nacional”.

Para llegar con chances a una segunda vuelta y no ser víctima del anti kirchnerismo aún vivo y fuerte de ciertos sectores medios, tiene que seguir sumando desde el peronismo pero también en sectores independientes que sufren el ajuste económico.

Massa ya es un balsero que busca puerto en alguien que le garantice la defensa de su poder territorial. Abona la esperanza que Cristina no sea y le deje el comando del barco. Quienes conocen el pensamiento íntimo de la ex mandataria descreen esa posibilidad pero si dan por hecho que Sergio está adentro del armado de la Doctora.

El 20 % del electorado suma dudas y escepticismo. Ese voto indeciso que espera una tercera alternativa es posible que defina, de forma muy ajustada, la pulseada de la Grieta.

La idea de Venezuela o Democracia, enarbolada casi como único argumento de campaña por el macrismo, no parece ser tampoco un aliciente esclarecedor para superar os problemas inmediatos y crónicos del país. Tampoco su insistencia en transformar cada acontecimiento en un dispositivo de campaña: diálogo político o “crímenes mafiosos”.

El problema del que le toque gobernar, si lo hace con responsabilidad cívica, será curar esas heridas y odios que van mucho mas allá de un hostigamiento a una periodista, pero que por ahí empiezan a crear una atmósfera inquietante.