Cristina trató a legisladores y cámaras como una directora de escuela

Cristina estuvo en su salsa. Parlamentó durante más de  3 horas. Fue interrumpida a cada rato, por su coro oficialista, que en forma sincrónica aplaudió, sin estridencias. Se quejó que una de las cámaras le diera excesivo protagonismo a opositores, ponchando sus rostros. Muchos de ellos hicieron muecas de fastidio o mostraban desinterés en la palabra presidencial, mandando mensajitos de texto. La mas fanática de los SMS fue  la macrista Laura Alonso, que solo coincidió con la primer mandataria cuando apeló a la convivencia política entre Nación y ciudad por el conflicto social en Villa Lugano. La presidenta chicaneó, con tono a reto, al senador radical Gerardo Morales, cuando este meneó su cabeza para desmerecer una parte del discurso, cuando la presidenta señaló que con Aerolíneas ahora se viaja mejor. Pato Burlich jugueteó con un larga vistas al lado de Gaby Michetti, tratando de detectar algunos papeles que tuvo de soporte la presidenta. Unas bancas mas allá, Miguel Del Sel cerraba los ojitos haciendo noni. Cristina fue directora de escuela, con opositores, que por momentos parecieron niños indisciplinados.