Cruel en el cartel: los que se bajaron siguen en la marquesina

Si miras para arriba o al costado podes verlos con la sonrisa intacta. Congelados en el tiempo, antes de bajarse por el “baño de humildad” requerido por la presidenta. Urribarri, Bossio y Rossi son algunos de los oficialistas que más gastaron en afiches. También Darío Giustozzi, ex candidato del Massismo. Todos quedaron plasmados como muestra del despilfarro del que ahora nadie se hace cargo. ¿Cuánto salió el baño de humildad?

La política se sigue manejando discrecionalmente con los gastos de campaña y aunque existe una formalidad legal de presentación de balances, estos son fáciles de eludir. Sobre Bossio, Margarita Stolbizer solicitó a la Justicia Federal que se investiguen las contrataciones realizadas por el funcionario -como titular de la Administración Nacional de la Seguridad Social (ANSeS)- y se realice un cotejo entre las mismas y los gastos de ese administrador como candidato a la gobernación bonaerense.

Con respecto a Urribarri, el candidato del peronismo disidente Gustavo Zavallo calificó el gasto del mandatario provincial de “monstruoso” y todo quedó en un pedido de informes.

Desde el partido de Elisa Carrió explican que “la sonrisa de Giustozzi diseminada por toda la provincia de Buenos Aires y la Capital Federal, en estadios de fútbol, propagandas televisivas, llamados telefónicos… conforma un presupuesto multimillonario. Queremos saber de dónde saca el dinero para financiar semejante puesta en escena”.

Son simples botones de muestra sobre que esos carteles que todavía están colgados nos interpelan como sociedad, sobre los cuantiosos y pocos trasparentes gastos de una campaña permanente y obscena.

giustozzi cartel