De L-Gante a Manes, una Argentina sin rumbo donde el futuro depende de origen de cuna

Ambos nombres sacudieron la semana política en el distrito clave y más pobre del país. Que hay en común entre las dos puntas del espectro social.

¿Qué tiene en común el cantante rapero que mencionó Cristina y el prestigioso científico que debuta en la lides políticas?

En principio, el agua y el aceite. Si rascamos la olla, seguramente podríamos concluir que el país está inclinando la balanza a producir más L-Gantes que Manes.

Es una mala noticia para el aspiracional de la sociedad orgullosa de su educación pública, que expulsa de sus sistema educativo con el mismo fervor a sus jóvenes aspirantes.

Y otro pantallazo al pasar: por mejores ideas que tengan los outsider de la política, el sistema de castas parece haberse consagrado como política de estado. El que nace en cuna acomodada seguirá mas o menos haciendo una vida digna y el que nace en el barro solo tendrá alguna “caricatura” como referencia aspiracional y dar un golpe de suerte: ser cantante de cumbia o futbolista está en las lista de carreras milagrosas.

L-Gante le contó a Eduardo Feinmann que probó todo tipo de drogas y que ahora solo fuma marihuana para relajarse. En su mundo ese fue un avance superador. Hasta se atrevió a desafiar a los que lo estigmatizan afirmando que si se lo propone podría iniciar un estudio. Inteligencia intuitiva le sobra. En un par de minutos desnudó al periodista duro.

Muchos me decían que no hable con vos, pero sos un tipo re piola“, le dijo uniendo en un momento televisivo único, los dos mundos.

Cristina lo citó para ganar votos ya que sabe que esos pibes  de 16 que debutarán en la urnas de elecciones de mitad de término, no tiene el gen de La Cámpora. Aquellos muchachos que militaban con Néstor, hoy están encerrados en despachos de burócratas de estado. En cambio, L-Gante es un claro referente de sus vidas reales.

También lo es el Dipy, representante de la cumbia villera. Odia a los políticos pero se dejó tentar por el macrismo. Una selfie con Macri lo puso en el candelero de consultores que ahora lo miden, por esa antojadiza fórmula del que el  “sentido común  justiciero mata galán”.

La mentira de Cristina sobre como el rapero adquirió la computadora que repartía el Estado, es lo menos significativo del episodio. Siempre habrá mentiras piadosas en medio de una campaña. Lo que si explicita el sincericidio de L-Gante cuando dijo: “Como yo abandoné la escuela porque tenía complicaciones, preferí trabajar a temprana edad. Entonces  la cambié por mi celular o vendí el celular y la compré”, es la disociación entre saber y hambre. Algunos pocos pueden elegir por un ordenador ante esa disyuntiva

¿Cuantas historias habrá al revés, ordenadores que si llegaron a través de  un plan y fueron vendidos por sus adquirentes para priorizar las necesidades básicas?

En este contexto, de una provincia que tiene 56% de pobres y que sus jóvenes (de sectores populares)  el 84 % tiene problemas de conectividad, es que aparecen referentes pintorescos prometiendo vidas de éxito a los pibes de zapatillas compradas en la Salada.

También, aparece con sus aires universitarios, el candidato Facundo Manes, que le acercó un tubo de oxígeno a la UCR.  Especialista del cerebro humano le hablará a bonaerenses que se mantienen a flote con planes sociales, sin trabajar como contra partida.

Emilio Pérsico cometió la ofrenda de sensibilizar a colectivo feminista de funcionarias k que defienden la igualdad de género, diciendo una verdad cruda. Los padres de familia que fueron exluidos del manejo de las tarjetas alimentarias se desbandaron al submundo del choreo. Como si la igualdad de género fuera por un costado diferente a la de la equidad y dignidad social multi targuet, algunos creen que los cambios de paradigma se imponen solo desde la cultura.

En un video de tipo casero, Manes habló de sueños y compromisos para un futuro mejor, una letra muy sofisticada para los fans de L-Gante y de los Dipy. En tanto, la clase media depende de que lado le caiga la moneda.