El Gobierno debate si darle todo el paquete electoral a la cuestionada INDRA

La empresa española hegemoniza el recuento de votos desde los 90′. Tiene serias denuncias en otros países. Pero acá se mantiene.

¿Pagará el precio otra vez un gobierno de la democracia de darle una licitación en bandeja a la empresa española INDRA?

Desde los 90′, la empresa de origen español trabajaba contratada por Correo Argentino para realizar el recuento de votos.

La compañía internacional acumula decenas de denuncias de mala praxis, pero sus contactos políticos le han permitido tener licitaciones a medida.

En 1997 Indra cobró 13 millones de pesos por esa tarea, que realizó para el Correo entonces en manos de Franco Macri.

Siempre tuvo un abre puertas en el campo de acción de los gobiernos locales: el actual director institucional del Correo, Alejandro Tullio, por dos décadas Director Nacional Electoral.

Funcionarios clave como Corach, De vido, Jaime, Torello, entre otros, colaboraron para allanarles el camino.

Su poder económico y logística les han bastado para eludir la competencia con otras empresas que ahora reclaman al actual gobierno de Cambiemos que se garantice la transparencia.

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Las elecciones de este año parecen un fixture del campeonato de la AFA, repleto de inconvenientes y desdobladas. El escenario representa un negocio millonario para que se lo quede un solo oferente.

La empresa que gane cobrara por emisión de voto y manejo de logística (software).

Hay ciudadanos que votara hasta 6 veces este año entre internas, elecciones distritales , nacionales y segundas  vueltas.

Al Secretario de Asuntos políticos e institucionales le recomendaron abrir el juego para dar una señal distintiva. La idea sería al menos generar dos zonas, la centro norte y centro sur, que las administren dos empresas diferentes. Por lo que se sabe la licitación cierra a fines de febrero y los tiempos jugarían a favor de INDRA.

En España, el caso Indra ya alcanzó dimensiones similares a Odebrecht en Brasil -con políticos y ejecutivos presos-, porque la justicia detectó que financiaba ilegalmente al menos al Partido Popular a cambio de obtener contratos con sobreprecios.

Venezuela, Angola, Bolivia y Nicaragua son otras naciones donde su huella dejó polémicas abiertas.

Elisa Carrió siempre vio mal la relación entre el Estado e INDRA y peleó, hasta aquí sin éxito, para que se garantizaran sistemas de transparencia.

En el mundillo de la política ya se naturalizó que 1 o 2 % de votos se puede ir manejando a piacere , y que para evitar un fraude hay que sacar una ventaja más considerable.

Hasta los que toleraron esos mecanismo luego los han denunciado cuando les ha tocado padecer estar del otro lado del mostrador. Cristina se quejó en las últimas elecciones de la demora de parte de Correo en cargar datos centrales de la elección en la provincia de Buenos Aires.

En semanas se sabrá si se repite la historia que ha colocado a INDRA en un debate necesario de profundizar marcos de transparencia institucional.