Del habano al día de la muerte, la unión de Maradona con Fidel

La etapa de rehabilitación de Diego en Cuba consolidó una relación de romanticismo político. El líder revolucionario sacó provecho. Las coincidencias de la historia.

Ambos murieron un 25 de diciembre, con 4 años de distancia. Maradona se hizo castrista a partir de su estadía en la isla en la que pasó en dos etapas desde el 2000, refugiado en La Pradera.

“Se fue un grande, no tengan dudas. Fidel deja una herencia clara y bella que no podemos traicionar. Quien supone que su muerte debilita a Cuba, se equivoca”, dijo Maradona en ese momento.

La relación fue simbiótica. A Maradona lo politizó al ritmo de transformarse en un ferviente defensor del gobierno Chavista. A Fidel le sirvió para tener de su lado a una de los personajes más populares del planeta, igual de lo que significó su mística revolucionaria pero con la suma del planeta fútbol que hace los mensajes muy expansivos.

Maradona los apoyó a ellos y a los Kirchner en aquella Contra Cumbre de Mar del Plata en rechazo al ALCA y al ex presidente norteamericano, George Bush.

Maradona tomó la costumbre de fumar habanos cuando vivió en Cuba. “Acá, por las noches, mientras aprendo a saborear un habano, empiezo a recordar”, les cuenta a Arcucci y Ernesto Cherquis Bialo en el libro Yo soy el Diego.