Devastador

crisisLa dirigencia política recibió un repudio generalizado en la últimas horas a través de cacerolazos y diferentes vías de comunicación, tales como radios y redes sociales. No hubo distinción de color político y fue un deja vú del “que se vayan todos”. El agua se lleva puestos a todos, con un saldo trágico de más de 50 muertos entre la ciudad de Buenos Aires y La Plata. Hubo 24 horas de la crisis que algunos referentes se encontraron fuera del país: Macri en Brasil, Larreta en Europa, Bruera también en Brasil. El caso del intendente de La Plata merece un párrafo aparte, ya que mandaba twitters haciendo creer que estaba en los lugares de emergencia mientras seguía fuera del terriotorio nacional de vacaciones. Luego aclaró en un comunicado que se trató de ” un error de su equipo de comunicación”. En todos los casos, se vio claramente como la falta de diálogo político entre la interjuridicciones, lentificó las tareas de rescate y prevención de las víctimas. Ayer por la tarde, hubo algunos minutos de cordura, y al ver el descontento popular, se produjeron algunos datos de cierta normalidad institucional. El gobierno de Macri habló con el de Scioli y entre Montenegro y Casal coordinaron tareas conjuntas. La presidenta asumió el costo polítco de bajar a barrios perisféricos de La Plata y hablar con vecinos. Sin bien hubo esfuerzos por brindarle un escenario cuidado, varios vecinos se cruzaron fuerte con la primer mandataria, quien autoreferencial: recordó que Ella de chiquita sufrió una circunstancia parecida. De todos modos, el gesto fue no quedarse apoltronada en el sillón presidencial. Se produjo además el milagro del breve encuentro con el gobernador bonaerense. A partir de su intervención, se dio curso al Ejército en la ayuda a las víctimas, algo que muchos especialistas en este tipo de tragedias se preguntaban por qué no se hizo desde el inicio. Antes, la presidenta envió a hacer un show mediático a Super Berni, quien con un gomón se paseba tipo gondolero por algunas zonas críticas. No había equipos atrás ni ayuda concreta. Además del saldo inapelable de los muertos, la política demostró no tener planificación a largo plazo y puso las excusas de siempre.