Dos decretos estratégicos que manejó Vilma Ibarra

Uno es la estatizacion de la Hidrovía. El otro libera la conflictiva negocación con Pfizer. Qué hay en juego.

El primer decreto, ya publicado, consagró la estatización de la codiciable Hidrovía, al menos por un año. Se estableció que la Administración General de Puertos (AGP) se encargue del cobro de peajes sobre la estratégica vía navegable, cuestión que venía haciendo el consorcio privado belga Jan de Nul. El 80% de las exportaciones del país, mayormente productos agropecuarios, transitan por esa autopista marítima a lo largo de 3442 km.

Se justificó la medida como parte de un reordenamiento ante una nuevo proceso licitatorio que habría que abrir. Como responsable del cobro del peaje quedó un ultra k, muy cercano a Cristina. Se trata de José Beni, titular de la AGP.

Fue quien controló los puertos de la provincia de Santa Cruz cuando gobernaba Néstor. Es un técnico de carrera a quien apodan cariñosamente “Josecito”.

Por primera vez, cosa que llama la atención de sectores opositores, se ha conformado una Comisión Bicameral de seguimiento de la futura licitación. ¿ Se prepara algo a medida?

La versión es que hay una empresa China muy interesada. Se trata de CCC. Shanghai Dredging. Hay integrantes del bloque Juntos por el Cambio que proponen que el asunto pueda explicarse a la ciudadanía en un contexto de campaña electoral.

Además, suena tentador el instrumento planificado para actores del radicalismo o el Pro que tengan mando en la cuenca del Paraná.

Por primera ve , cosa que llama la atención de sectores opositores, se ha conformado una Comisión Bicameral de seguimiento de la futura licitación. ¿ Se prepara algo a medida?

El otro asunto estratégico, en manos de la Secretaria Legal y Técnica Vilma Ibarra, es destrabar la negociación con el laboratorio Pfizer, y hacer ingresar finalmente esas vacunas.

El avance de la variante Delta hizo entender al gobierno (¿tarde?) que deberá imprimir pragmatismo y dejar las batallas ideológicas de campaña para la negociación con el FMI.

Pragmatismo sí, pero sin servírselo en bandeja a la oposición. En Diputados, el oficialismo rebotó un proyecto de ley que ´pretendía eliminar la palabra  “negligencia”, de la ley de vacunas vigentes.

Pfizer fue el primer laboratorio que experimentó con voluntarios en la Argentina. Sin embargo, “misteriosamente” quedó afuera de la canasta de vacunas.

“Sucede que las condiciones de Pfizer me ponían en una situación muy violenta de exigencias y comprometía al país. Dije que ‘esto no lo puedo firmar’ porque me están pidiendo cosas desmedidas”, llegó a decir Alberto Fernández.

Ayer, el deslucido Jefe de Gabinete Santiago Cafiero lo resumió con palabras en el aire. “Hubo un aprendizaje en el tiempo y hoy trae la posibilidad de analizar ese marco normativo”, dijo.

La ministra Carla Vizzotti se juramentó destrabar esta situación que, asegura en la interna, fue responsabilidad plena del ministro saliente, Ginés González García.

Dos asuntos de alta política. Uno de largo aliento y abstracto en apariencia (Hidrovía). El otro con Pfizer, una bandera que se agita en campaña, y será motivo de pulseada hasta que la mayor parte de los vacunados tengan sus segundas dosis.