Efedrina: ¿Granero es el único que paga todos los platos rotos?

“Este Gobierno ya demostró que es capaz de volver de la corrupción, pero nadie vuelve de la corrupción asociada a la droga”. La frase le pertenece a un candidato a presidente de la oposición, y se replica entre funcionarios kirchneristas, cada vez más preocupados por el impacto que tiene el escándalo de la efedrina en el Gobierno.

El único que se expresó públicamente hasta ahora fue el secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli: su comunicado no hizo más que confirmar los estrechos vínculos entre el clan Zacarías y la familia Kirchner. Parrilli recibió una orden y la ejecutó como pudo. Un esfuerzo doble para un funcionario que nunca simpatizó con los hermanos Zacarías.

En silencio, otros funcionarios también sintieron el impacto. Luego de que este diario revelara que tres ex jefes de Gendarmería fueron designados por Granero en la Sedronar para manejar los datos sensibles del Registro de Precursores Químicos, el secretario de Seguridad, Sergio Berni, se comunicó con el jefe de esa fuerza, Enrique Alberto Zach, para pedirle explicaciones.

En pocas horas tuvo en su escritorio un informe completo sobre Eduardo Díaz, Juan Rossomando, y José Ricardo Spadaro. “El informe confirma que los tres están retirados desde la década del noventa y que la Gendarmería no tuvo nada que ver con la Sedronar”, dijo ayer una fuente oficial. No alcanza para cantar victoria. Cuando puso un pie en la Sedronar, Rafael Bielsa denunció que los gendarmes modificaron y borraron datos sensibles a través de la empresa GlobalSis, un proveedor privilegiado de la Gendarmería. La maniobra fue tan burda que uno de los usuarios “se conectó al sistema desde la dirección de IP 200.32.120.195 registrada a nombre de esa fuerza”. Como mínimo, merece una investigación.

La escalada de la efedrina también causó zozobra en la Sedronar. Apenas se conoció el procesamiento de Granero, el padre Juan Carlos Molina convocó a una reunión de urgencia con los actuales responsables del Registro de Precursores Químicos. Según pudo saber este diario, el actual titular de la Sedronar tenía muchas preguntas. “No tememos problemas con el sistema informático”, le respondieron.

José Granero es el único que por ahora pagó los platos rotos. Se tuvo que ir de Enarsa, luego de once años de kirchnerismo ininterrumpido (a nivel nacional). “Bochi”, como lo conocen en la pingüinera, amenazó con prender el ventilador luego de apelar su procesamiento. Ya cumplió con ese plazo procesal, y sigue callado.

Quienes conocen desde adentro el escándalo, aseguran que Granero podría arrastrar a su ex secretario, Miguel Zacarías, el hombre que llamaba a la Rosada.

Si Granero era una “víctima”, resta saber quiénes son lo victimarios.