El Aló presidente funciona como mini tregua en medio de la competencia electoral

Macri y Alberto volvieron a conversar por teléfono. Ese gesto mínimo sirvió para tranquilizar mercados y política, El día a día hasta octubre plantea varios interrogantes.

Hay una voz en el teléfono. A ambos les cuesta un Perú charlar ya que la relación interpersonal es pésima, de antaño. Tienen amigos comunes como Carlos Grosso, que intentan hacerles entender la necesidad imperiosa de ceder ante las huellas del pasado.

Antes de irse a España, Alberto volvió a escuchar la palabra del presidente del otro lado del celular. Le contó que finalmente iba a aplicar un control a la compra de dólares para mermar la fuga de capitales, algo que venía insistiendo el ganador de las PASO.

Además, y quizás lo importante, concordaron en bajar los decibeles de la disputa electoral al menos hasta los dos debates presidenciales.

Algunos operadores de ambos planos de la pelea ponen en duda la conveniencia de que se realicen y estudian distintas alternativas.

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Alberto está en España, donde representantes del PSOE ya lo ven como el inevitable presidente de la argentina con el que van a tener que ponerse de acuerdo.

La agenda del ganador de las PASO la maneja uno de los operadores de Alberto, Miguel “Mike” Cuberos, un ex colaborador de Amado Boudou cuando estuvo a cargo de la Subsecretaría de Relaciones Institucionales del Ministerio de Economía, actual productor de espectáculos y además actual pareja de Carolina Papaleo.

Hay otros protagonistas de esta mni tregua: del lado del gobierno Rogelio Frigerio y Hernán Lacunza, que definió postergar el envío de la renegociación con el Fondo al Senado para no dar pasos en falsos. Por parte del Albertismo, su ala negociadora la compone Santiago Cafiero y un enlace de La Cámpora, Wado de Pedro.

El diálogo telefónico del pasado domingo, antes del DNU, fue el tercero. Quizás pronto se cristalice con una foto generosa entre los dos contendientes que se eludieron en el encuentro del Malba.

En ambas trincheras, agazapados, están los duros. Su tiempo pareciera ceder ante la prudencia de las urgencias.

Hay mucho para ganar si se acercan a un diálogo institucional y mucho para perder si fracasa la oportunidad. Octubre es un camino a las preguntas aún sin respuesta.