El cambalache peronista al ritmo de una jueza, el Cabezón y Barrionuevo

Nada de la novela peronista y el nuevo escándalo son producto de la casualidad . ¿Quiénes lo provocaron y a quiénes termina siendo funcional?

José Luis Gioja quiso emparentar la crisis de la manzana del PJ con el espectáculo de encarcelamiento de Lula. Una analogía al menos algo forzada. Si se quiere, lo único parecido es que la Justicia se mete en la política a través de un fallo muy discutido.

El sanjuanino no tuvo un escudo humano para evitar que dejara la sede de Matheu y su resistencia fue de un par de horas encerrado en una oficina. Barrionuevo entró a los empujones con una patota que maltrató a cronistas ávidos de declaraciones explosivas.

Un personaje casi jubilado de la política no apareció en pantalla pero se regodeaba en su Quinta de San Vicente. Es que el Cabezón Eduardo Duhalde, quien inició la cadena de demandas hacia las ahora autoridades desplazadas por la intervención.

La designación de Luis Barrionuevo como “interventor” para re ordenar el colectivo peronista es como darle la llave de una casa a Pity Álvarez y pensar que después se encontrará la calma.

Además, tanto Barrionuevo como el sindicalista Massista Carlos Acuña son de la parte demandante y ahora se le da llave en mano el manejo de fondos partidarios y control de espacios publicitarios. La decisión de la Jueza no encuentra mayor raciocinio. Es como si ante los problemas en la AFA se nombrara a dirigentes de fútbol como interventores cuando pueden ser parte del problema.

A la vez, transformar en un acto jurídico la fragmentación de la política electoral que se disemina con diferentes frentes usando simbologías de las matrices de origen es al menos sofisticado.

Desde el PJ Bonaerense, están alerta porque saben que este fallo puede tener consecuencias sobre ellos. A través de un mensaje, por redes sociales, el titular del PJ Bonaerense, Gustavo Menendez, repudió la intervención del partido y lo calificó como un acto “anti democrático”.

El polémico fallo termina siendo funcional al Macrismo y al Kirchnerismo. Los primeros dejan al desnudo el gallinero peronista, alejando a que los amagues de reorganización y unidad se concreten. A Cristina la potencia en la polarización con el gobierno, que también le sienta de maravillas a Macri.

Otros favorecidos, de segunda línea, son Massa y De La Sota. Ambos siguen con ambiciones presidenciales para 2019. Romper la cáscara los vuelve apetecibles en la fragmentación.