El Club de las Divorciadas muestra mujeres lejos del empoderamiento

El talk show del 13 juega al límite y plantea un modelo sufriente.

Galán las casaba y Laurita Fernández les da ánimo a las divorciadas. Qué paso en el medio. Además de 50 años, un cambio cultural muy profundo que el programa del 13 no alcanza a calibrar. Hacer un programa sobre mujeres sufrientes que fueron engañadas, humilladas, etc, dista del empoderamiento de luz verde que pelea en las calles con una agenda llamada progresista.

Además, transformar en show ciertas historias de mujeres víctimas del algún tipo de violencia es un juego en la cornisa en busca de un rating que, al menos por ahora, es bajo. Arrancó con un 5,9.

Rampolla es una estrella panelista en el programa que aun no se halla y trascendieron aires de vedette que han generado internas en las grabaciones.

Un psicólogo tampoco se le niega a este tipo de programas emotivos. El amigo de Beto Casella tiene su permitido en el 13. Gabriel Castaña interpela a las participantes que encuentran que sus vidas serán un poco mas desgraciadas que antes.

“Qué ovarios dice la tribuna”, a la mujer abandonada por el infiel que se enteró de todo por las redes sociales. En las pizarras anotan una respuesta ante la consigna de cómo descargan cuando son engañadas. Fregar el inodoro, ver una película para llorar, escuchan Arjona…

¿No vale el cenicero de Susana?

De fondo, la canción de Ghost, para moldear un programa que atrasa.