Pasó el Día de la Lealtad: Alberto y Kicillof se cruzaron pero siguen sin hablarse

Hace por lo menos dos meses que no se hablan. Ayer compartieron un acto. El gobernador le dio prioridad a las consignas de La Cámpora en la movilización del 17 de Octubre.

Alberto quedó expuesto en su soledad peronista-social demócrata, justo un 17 de Octubre. Sin embargo, quiso tener su propia voz en un acto formal de anuncios de conclusión de obras dejadas a medio terminar por la gestión de Macri. En Cañuelas, una excelente foto de Clarín ilustró el desorden en el que está inmerso el frente gobernante. En la producción,  realizada por el fotógrafo Andrés D´Elía, se observa a Kicillof rascándose un ojo, Alberto tomándose con fuerza los dos ojos y su cabeza inclinada y Katopodis también con la cabeza gacha. El único que aparece mirando hidalgo el horizonte es Sergio Massa.

Massa es el único que tiene algo para mostrar desde su reordenamiento macro de la economía y a la vez representa el último eslabón de unidad entre los dos sectores ante las multi particiones que muestra el Frente de Todos ante la crisis y la proximidad del calendario electoral.

Con el Viento en contra , titula dicha foto el matutino. El gobernador bonaerense hace al menos dos meses que no levanta el teléfono para hablar con el presidente. Alberto tampoco lo llama. ¿Qué pasó entre ellos? Una derrota electoral de mitad de término, una pandemia que tras el abrazo contenedor dejó muchos heridos políticos, pero sobre todo una charla que tuvieron en la intimidad.

 

Expediente pudo saber qué aconteció tras la firma de la renegociación con el FMI que suscribió Guzmán, con el aval presidencial. Kicillof le dijo, en esa reunión a solas, que no iba a criticarlo de inmediato en lo público pero que lo que había firmado iba a ser inviable el gobierno y la atención urgente de los social. “Lo que hiciste fue una cagada”, le expresó sin eufemismos. Al tiempo se conocía la renuncia de Máximo Kirchner a la jefatura del bloque de diputados oficialistas como gesto de distanciamiento a lo firmado.

Sin invitación a ninguno de los actos del Día de la Lealtad, Alberto se las arregló para estar presente haciendo coincidir un acto de gobierno a la liturgia cascoteada del peronismo. Eligió, teniendo al lado a Kicillof, solo criticar con nombre y apellido al ex presidente Mauricio Macri. De paso avisó que leyó el libro Para qué, en el que Macri vuelve a insinuar una intención de Segundo Tiempo. Alberto sobre actuó , ante el alfil de La Cámpora, y dijo: “me dio dolor de estómago. Quiere terminar con el estado”.

Lo múltiples actos, pusieron en evidencia la fragmentación del Frente de Todos, la pulseada por las futuras listas de candidatos y la elección de la palabra “traición” como eje preferido de los más radicalizados. En el día peronista, Kicillof exhibió un cierre anual de paritarias con los estatales del 90 %. Los gremialistas afines, en la marcha de Plaza de Mayo, lo abrazaron como si fuera Papa Noel.