El extraño morbo de los 12 del patíbulo presidencialista 2023

Hay una cifra récord de eventuales candidatos presidenciales. Quiénes son los que se suben al ring de puro guapos.

En política como en otras destrezas hay que saber medir la oportunidad y también intuir que el tren no pasa , en la mayoría de los casos , dos veces en la vida.   

Vito Antuofermo, fue un mediocre boxeador italoamericano que supo tomar el consejo de su sparring para que un día cambiara su historia. Cuando Carlos Monzón renuncia a la Corona de los medianos, por su pasión desefrendada con Susana Giménez, él se le anima al Mendocino Hugo Corro, una especie de Duhalde con pocas aspiraciones dentro del cuadrilátero.

Vito, que luego sería un actor circunstancial en el Padrino 3 y uno muy voluntarioso en la  consagrada serie Los Soprano, jamás hubiera alcanzado el cinturón de campeón sin ese hueco que dejó el santafesino, mientras se  demoraba el recambio generacional en la categoría.

“De boxeo enmarañado, guapo, pero sin grandes calidades técnicas” , según la caracterización de Horacio Pagani en una crónica de la época : Vito consiguió inclusive alzarse con una primer defensa del título, en un fallo polémico ante el ascendente Marvin Hagler.

Esta historia pugilística,  ¿guarda alguna enseñanza con el panorama político local,  de numerosos candidatos presidenciales para el 2023, en busca de una corona repleta de espinas?

Sin duda una de las explicaciones de que haya al menos 12 precandidatos presidenciales , una cifra récord, se explica desde el horizonte de mediocridad reinante, que hace de los peleadores rudimentarios una oportunidad única para alcanzar la cima.

una de las explicaciones de que haya al menos 12 precandidatos presidenciales , una cifra récord, se explica desde el horizonte de mediocridad reinante, que hace de los peleadores rudimentarios una oportunidad única para alcanzar la cima.

Qué importa la deuda externa , el futuro inviable , desocupados , pobreza extrema o carencia programática. Ahí van nuestros “Vitos” al ring , a ganar aunque sea por medio punto o en fallo dividido.

¿Quienes son en principio?  Oficialismo tiene al presidente de la nación, Alberto, como un candidato “condenado al éxito”. Es su  forma supervivencia en un gobierno fracturado por las internas. No hay que descartar a la Gerenta del Relato , Cristina, sigilosa y táctica por naturaleza , de un volantazo de poder brutal. Sobre todo con la desmarcación que viene haciendo de la administración central por el acuerdo con el FMI y sus consecuencias.

En tercer orden , aparece Sergio Massa, sobreviviente de mil batallas . Jugador exquisito y enviciado en siempre hacer una de más. Su rol en los equilibrios, dentro del mejunje oficialista, le han agregado años de desgaste a su ya firme experiencia.

Pasemos revista a la oposición formato “Republicanos anti populistas y manyapapeles de Comodoro Py.”  Pica en punta Horacio R Larreta, un ejecutor de los buenos modales porteños que debe lidiar con un patio alborotado que pide piñas y más fiereza opositora. Con escuelas abiertas y otros toquecitos de sutileza, el tiempista trabaja incansablemente con la idea fija en la frente.

Mauricio Macri, no lo den por jubilado ni en reposera. Nadie le cree que quiera ser un consejero al estilo Menotti en la Selección, brindando toda su expertise de los errores no forzados. En todo caso está para adoctrinar a sus dos cartas de relevo. Pato Bullrich, la que mejor dirige la batuta de una oposición dura o Miguel Ángel Pichetto, el hombre con ceño fruncido que advierte que el kirchnerismo no está muerto.

Radicales a triunfar!!. El gobernador jujeño y titular de al UCR, Gerardo Morales, quiere reeditar un caudillismo  de juego capitalista , como lo hizo Menem en los 90. Práctico y decidido, puso primera en la marcha hacia el 2023 y desde el manejo partidario intenta hacerse conocido a nivel nacional.

En el radicalismo,  se cuenta ademas con el neurocirujano Facundo Manes que cree tener la estirpe de la primer magistratura en cada sonrisa  regalona ante las cámaras . Casi un candidato natural en los clásicos trasplantes de outsiders para oxigenar la sábana de las ofertas electorales.

Libertarios agazapados. Como el fenómeno de las elecciones intermedias está Javier Milei. Según. encuestadores , mediría 10 puntos de intención de voto a nivel nacional. Siendo un simple diputado y con mensajes vengadores, aun gateando en el pelotero político resulta algo nada despreciable ante el debilitado staff tradicional.

Queda en ese núcleo de derecha rancia José Luis Espert, un luchador de Titanes que hace las piruetas dentro del sistema político  a diferencia de su socio pseudo anárquico con el que su relación se va complicando como las pelambres de Milei.

La izquierda no kirchnerista ,  cuenta con una cohesión nacional pocas veces vista del 83 en adelante. Apuesta al “cuanto peor mejor”,  con un Nicolas del Caño dispuesto a actuar su tercera intentona presidencial, embanderado con los perdedores del modelo,  llevando un Marx abreviado en su guantera, por si hiciera falta recordarlo.

Son 12 en el patíbulo por lo menos , siempre esperando algún tapado de último momento, deseoso de sentir el morbo de querer ser presidente en un país fisurado por esperanza contaminada.

Horacio Caride