El fútbol ultra violento que no muestra Fútbol Para Todos

Pasó una nueva fecha del fútbol argentino, y la violencia dijo presente una vez más. Pueden dar fe un grupo de periodistas que fueron a cubrir Vélez-Arsenal, en Liniers, y se tuvieron que retirar escondidos en un patrullero. En Santa Fe, en el duelo entre Colón y Olimpo, hubo una discusión entre los barras del conjunto local y tras una fuerte discusión, un hincha del Sabalero terminó herido por un disparo de fuego. Todo en la puerta del estadio y ante la atenta mirada de la Policía. Pero hay más…

Porque las dos facciones de la hinchada de Huracán se cruzaron en la plaza José C. Paz. Hubo corridas y tiros después del partido con Boca. Es que los de Villa Zavaleta, que habían sido desplazados de la tribuna por la barra brava oficial, se tomaron revancha y los emboscaron. Increíblemente no hubo heridos. Como tampoco hubo en el mismo estadio, donde los periodistas partidarios de Boca fueron agredidos con botellazos, monedazos y demás, durante el encuentro.

Y, por si faltaba algo, Matías Fritzler, volante de Lanús, se cruzó con un hincha durante el partido con Argentinos. Amenaza va, amenaza viene, se prometieron encontrarse a la salida. Y así fue. En la zona de vestuarios quedaron mano a mano, y el hincha le aplicó una trompada en el rostro. Fritzler terminó con un corte arriba del ojo y ensangrentado. “No es un barra, es un plateísta. Tenía abono hasta el 2016. Pero lo expulsamos del club”, dijo Alejandro Marón, el presidente de Lanús. ¡Qué fin de semana!