El Gaucho Mascetti y su estela de cuando presentar noticias era algo serio

Se despidió de la pantalla sin estridencias. El adiós a un periodista que hizo una dupla inolvidable con Mónica.

Un dia los naranjos y durazneros brillaron de emoción para despedir a César Mascetti: el Señor presentador de noticias. En su San Pedro se mezclan la sensaciones sobre a quien se despide por estas horas o en otra perspectiva de la vida “se recibe”.  ¿Es al célebre que cerraba los noticieros con “estas fueron las noticias” o al gaucho de la campiña que tuvo allí su lugar en el mundo junto a su compañera de rubro y de vida.

César y Mónica son indivisibles. Cuesta imaginar la vida ahora separados. Será solo una breve pausa para ese amor eterno.

En lo profesional, quien murió a los 80 años con la austeridad de siempre, fue una marca registrada de época. Aquellos años de rating fenomenal de Telenoche, en los que la dupla de la credibilidad narraban las peripecias de un país, siempre al borde del colapso.

Hizo la carrera , como antes se construían las trayectorias respetables, es decir:  escalón por escalón. Cronista de época. Entrevistó a los más grandes, inclusive los difíciles como el Beatle silencioso George Harrison.

Nos daba las buenas noches o nos despertaba con Desayuno, otro ciclo periodístico que dejó una huella señera en lo que hoy marca la rutina de la conexión tempranera con la información en la tele.

Se despidió un día con la elegancia de saber con creces  que su misión estaba cumplida. Un mensaje claro a las nuevas generaciones de periodistas.

 

 

La feroz competencia televisiva, sin concesiones por las búsqueda de las primicias, dio lugar a una respetuosa tregua. Cuando uno de los mejores se va, la pantalla queda borroneada. En Telefé Noticias, así lo entendieron. Su productor General, Roberto Mayo, creció en el fragor de esos años donde Luis Clur lanzaba su apotegma “cuando se enciende una cámara se apaga el autoritarismo”.

Al abrir el noticiero, Barili lo recordó a César….

 

Quizás César esté plantando cerezos en San Pedro como un eterno renacer y siempre una re pregunta en el bolsillo.

 

Horacio Caride