El Gobierno espera el recuento de votos con la tranquilidad de un “empate técnico”

Eso es lo que dirá aunque Cristina pase a Bullrich por unas décimas. Hubo pases de facturas por cómo se manejó la larga noche del domingo.

Vidal lo dijo. Es un empate técnico. Todos en su equipo lo repetirán. Ya saben que el recuento final en 15 días le dará una leve ventaja a Cristina, muy remontable hacia octubre.

El Gobierno navega por mieles electorales ya que el mapa político quedó teñido de amarillo. La Ciudad alcanzó un pico histórico de acompañamiento al oficialismo con 49%. Córdoba es más Macrista que nunca y hubo bastiones peronistas que se perforaron con aliados, como San Luis y Santa Cruz. ¿Por qué regalarle el grito agónico de gol, en la madrugada, a Cristina?

Puertas para adentro se sabe que hubo pase de facturas de cómo se manejó el lento y medido recuento de votos. La picardía de las papeletas se replicó como lo hubieran hecho peronistas. Se antepuso, como justificación de la demora para cargar la tercera sección electoral, que volcaron tenuemente los números a favor de la ex presidenta, un cambio de formato tecnológico.

El pasar al voto electrónico nacional, quedó pendiente por las dudas que causa en otras partes del planeta. La rigurosa verdad es que el papel es un sistema engorroso, aunque no justifica la no carga de data en forma simultánea y equilibrada, aunque se tarde varias horas en resolverlo.

El Cristinismo denuncia que el gobierno armó un festejo con el Mago sin dientes para ganar la tapa de los diarios, cosa que finalmente no sucedió. ¿Qué pasó, entonces, que el festejo de un solo bunker (Costa Salguero) no pudo deslindar entre el momento de los aplausos y el de la mesura.

Las miradas están sobre el verdadero “señor elecciones” . Ya todo el mundo se olvidó de su extracción radical. Hace 15 años que es el hombre clave del recuento de votos: Alejandro Tullio se recicló en el gobierno Cambiemos, tras ser Secretario Electoral desde Fernando De La Rúa y pasar a fortalecerse en el kirchnerismo, ha sido nombrado asesor de Correo en asuntos institucionales.

Cuando fracasó la nacionalización del voto electrónico, el gobierno le acercó ese cargo pese a criticas internas como la de la hoy ponderada Elisa Carrió, que siempre lo vio con mala espina.

Para generar un coto de caza en una especialidad nada mejor que tener la fama de ser único en la materia. Este es el secreto de los ojos de Tullio, que la larga noche del domingo jugó el partido de embarrar la cancha.

Luego sobrevinieron torpezas políticas y comunicacionales. El más discreto y que entiende la materia fue el ministro Frigerio. Sin embargo, su número 2, el ex massista Adrián Pérez cometió imprudencia discursivas y realizó pocos avances en su área para articular con las demás fuerzas políticas un consenso de juego limpio.

Nadie en su sano juicio puede argumentar fraude. Sí hubo desprolijidades, que a esta altura de la democracia son evitables.