El gobierno teme que baje la participación en las PASO

Luego de desalentarlas, ahora el oficialismo se ve en la necesidad de jugar fuerte. Un revés pronunciado lo dejaría “game over”.

Una serie de desajustes en la comunicación y la estrategia política dejó al gobierno nacional desbocado ante las inminentes elecciones Primarias. Fue el gobernador de Mendoza, Alfredo Cornejo, titular de la UCR, quien jugó muy fuerte al intentar suspender los comicios del 11 de agosto, en los sitios sin internas.

Está claro que la estrategia fue realizada a los empujones y fuera del contexto real, ya que las boletas se estaban imprimiendo y estaba en marcha el engranaje electoral dispuesto desde las justicia competente. Una ley tampoco guardaba asidero por el clima de internismo preelectoral reinante.

La Rosada dejó hacer a su principal socio, pensando que esto le podría redituar simpatías, en una sociedad con demasiada apatía ante los efectistas entusiasmos que quiere proyectar en el sistema político.

El resultado está a la vista. Ahora debe dejar de lado el discurso de aplauso fácil, sobre el costo económico que genera el cumplimiento de la ley electoral, y debe salir a competir con uñas y dientes apretados para que el kirchnerismo no saque más de 6 puntos de ventaja.

Por encima de esos números comenzará a sufrir un permanente desgaste hasta la compulsa de octubre, una suerte de segunda vuelta.

En el comando del PRO hay reuniones urgentes para ver cómo se canalizan discursos que hagan ver al electorado la importancia de participar en estas Primarias. La campaña del miedo está activada hace rato, pero quieren vertebrarla y amplificar los recursos.

Otra vez las redes sociales, principal herramienta que reivindica el Jefe de gabinete, será la verdadera caja de resonancia.

Una baja concurrencia el próximo 11 de agosto afectara de sobre manera al oficialismo, ya que el kirchnerismo parece ser una fuerza con mayores convencidos y fanáticos.

Hay una franja de esperanza, en el oficialismo, para  mantener los niveles competitivos presentes, apreciables dentro de una realidad económica pesada para la gente.

Vidal se despertó del sueño de Heidi y sabe que debe encarar una campaña mucho mas agresiva y jugada de la que el propio “lobo” Aníbal Fernández la facilitó en el 2015.

Axel Kicillof es honesto y laborioso. En contra, le endilgan los peronistas ser demasiado “zurdo”.  Este no seria un anclaje discursivo aconsejable para la gobernadora, que en todo caso dejará que esa lógica marcatista se cocine en su propia salsa.

Macri seguirá incursionando en el conturbado con los cuidados y reparos necesarios. Acompañado de Mariú y mostrando obras publicas que son “reales y transparentes”.