El Gobierno tratará de saldar diferencias en la transición con un decreto de traspaso

Se tomó la decisión tras los chisporroteos por los balances de herencia. Se tomará como modelo una dictamen del Senado. Descartan ruptura de formas.

El 10 diciembre Macri le entregará la banda presidencial a Alberto Fernández. Seguramente no serán las mejores caras pero mantendrán las formas institucionales. Todavía no se sabe si la ceremonia de traspaso será en la Rosada, a donde Cristina se negó a ir, o en el Congreso, como creen los kirchneristas que plantea la Carta Magna.

Según fuentes allegadas al presidente electo, Alberto no hará planteos irreductibles por el espacio físico de su asunción. En tono de sorna señalan: “Si quieren que no envíen los atributos por correo, siempre y cuando se vayan cuanto antes”.

Ceremonial de diputados y del Senado ya tomaron contacto con los equipos de avanzada de Fernández por lo que se cree que será en el Congreso.

El Ejecutivo trabaja sobre un decreto ordenador de la ceremonia, y sobre todo los pasos de transmisión de documentación tanto en papel como digital de los números en que queda el Estado.

La herencia y su volumen se encuentra en pleno debate y ha dificultado los primeros pasos de diálogo entre el presidente saliente y entrante, quienes parecen no abandonar el tono de la campaña.

La vía de reordenamiento de traspaso de mando se pensó como vía de consenso en el Congreso de la Nación con varios proyectos que cayeron en vía muerta. Uno de ellos, el del senador peronista catamarqueño Dalmacio Mera, es tomado como pilote para el decreto borrador que prepara el Secretario Legal, Pablo Clusellas.

La Memoria Detallada del Estado de la Nación, como dirá el decreto, consiste en información cruzada entre los ministros salientes y los nuevos designados por Alberto, aún por confirmarse.

La Mesa de enlace de ambas trincheras políticas se fue desarmando dado que el gobierno electo no quiere quedar pegado con las medidas impopulares, tipo cepo, que coinciden como inevitable pero quiere que solo el macrismo pague el costo político.

Según fuentes allegadas al presidente electo, Alberto no hará planteos irreductibles en el espacio físico de su asunción. En tono de sorna señalan: “si quieren que no envíen los atributos por correo, siempre y cuando se vayan cuanto antes”.

En su gira por México, Alberto se enojó con la insistencia que tuvo el periodista de Clarín Santiago Fioriti, sobre si iba a continuar el cepo al dólar después del 10 de diciembre.

Patricia Bullrich, por su parte, manifestó que todavía no hubo contactos entre las partes para intercambiar la data de Estado, y se mostró confiada en que todo será “muy transparente” , ya que la mayoría de las cuestiones están digitalizadas.

Santiago Cafiero, una nueva cara de la política, de tonos amables y suaves, subió el volumen al afirmar que el gobierno actual “miente sobre la realidad de los números de la herencia”.

La irritación llegó al summum con los 8 puntos, de auto elogios, que edificó Marcos Peña sobre el informe de final de gestión. Hasta el Vice Jefe de Gabinete, Andrés Ibarra, se equivocó al decir que el Banco Central dejaría al próximo gobierno “alrededor de US$ 10 mil millones de dólares de reservas líquidas”.

Sin embargo, con el correr de las horas, voceros del vice jefe de Gabinete aclararon que Ibarra se confundió al lanzar esa cifra y pidieron disculpas por el mal entendido.

Los balances a entregar incluyen cantidad de personal del estado contratado o pasado a planta permanente en los últimos 4 años, la situación de todos los procesos judiciales que interviene el estado, como denunciante o demandado, contrataciones, licitaciones concursos y obra pública.

A la vez un tema clave, el detalle de la deuda pública clasificada en interna y externa, indicándose monto de capital de intereses y fecha de vencimientos de los servicios de deuda.

Ni bien comience el nuevo gobierno la billetera deberá abrirse para una serie escalonada de vencimientos de la deuda contraída con el FMI. Hay que evitar el fantasma de la cesación de pagos. Esa es la verdadera transición de fondo.