El Grupo Indalo trabaja para sobrevivir a una posible extinción kirchnerista

Uno de sus directivos no quiere pasar otra etapa de penurias como con el macrismo. Estuvieron en la cárcel y sufrieron recortes publicitarios.

El “Ganó Scioli” de Roberto Navarro, cuando en el 2015 ocupaba la pantalla de C5N, le costó muy caro al canal de noticias kirchnerista. No solo fue una fake news que la valió miradas críticas sobre el manejo profesional de ese boca de urna sino que a partir de ese momento todas fueron malas para Cristóbal López y Fabián De Sousa.

Precisamente, la salida del ex Jefe de asesores de Alberto Fernández, Julián Leunda, involucrado en los chats del viaje de jueces y fiscales de Lago Escondido, demostró ductibilidad de parte de las autoridades del canal que quieren cambiar su agenda de contactos antes que un nuevo gobierno los perjudique en sus intereses comerciales.

Leunda es un hombre de De Sousa y todo lo que hace o deja de hacer es bajo su absoluta tutela. Tras su renuncia, se calcula que volverá a tener el rol de lobista del Grupo Indalo. Cuando renunció Martín Guzmán, el presidente Alberto estaba comiendo un asado en lo del CEO de Indalo, llevado por el joven, entonces asesor presidencial.

La peor noticia, para este grupo empresario, sería que Macri decida competir en las próximas elecciones. Esa relación es irrecuperable. Los Indalo están convencidos que sufrieron la cárcel por directivas del ex presidente. Cristóbal, dicen, habría quedado muy traumado por los meses de prisión que debió atravesar, y casi no interviene en la diagramación del canal y sus tentáculos mediáticos.

En cambio, Fabián De Sousa está muy activo en proyectar cambios para 2023 con vistas a no repetir la historia ante un triunfo de la oposición. En la hipótesis que Horacio Rodriguez Larreta sea presidente sin condicionamientos de Macri, en Indalo piensan que hay motivos para ser algo optimistas.

De Sousa quiere ser una suerte de Wado de Pedro, desde el sector privado, es decir hablar con todos los posibles candidatos. El renunciamiento de Cristina a ser candidata dejó también un hueco enorme en el sistema de medios.