Grieta política detrás del escándalo entre el intendente de Dolores y el de Castelli

El de Castelli fue papá en Dolores y no pudo volver a ver a su hijo. Se cruzaron en los medios y se dijeron de todo.

Dos intendentes enfrentados y un babero en el medio. Sin dudas este peculiar desencuentro habla mucho del nivel de grieta que hay en la sociedad y que la pandemia parece haber agravado.

El desaguisado es merecedor de un culebrón con todos los condimientos: política, amor y venganza. Resulta que la esposa del intedente de Castelli quiso tener su hijo en el distrito vecino por una cuestión de confianza en el obstetra que atiende en Dolores.

En la pirmera pasada pudieron ingresar ambos, pero como el intedente del Frente de Todos, Fransisco Echarren, regresó a su localidad luego no pudo regresar a Dolores ya que le bloquearon el acceso.

Según el dirigente kirchnerista el bloqueo fue una suerte de persecusión personal de un jefe comunal, el de Cambiemos, que suele “tener acciones de violencia institucional”.

Por su lado, el intendente de Juntos por el Cambio Ángel Ciriliano rechazó la acusación y mandó a la representante legal del municipio a dar la otra versión de lo sucedido. En Dolores dicen que el intedente de Castelli “no tenía permiso para circular”. Más tarde, ante la magnitud del escándalo, el propio Ciriliano salió al aire en el programa de Feinmann y despotricó contra su par de Castelli, al que catalogó como una “mala persona”.