El KKK sigue vivo

Al presentar su nuevo libro, “Los Estados Unidos de Trump”, la periodista Paula Lugones, contó una anécdota que demuestra la vigencia de la segregación en el interior profundo del país más poderoso del planeta. Refirió que recorriendo Georgia, se detuvo “en un bar perdido” y se sorprendió al observar imágenes del Ku Klux Klan, con hombres encapuchados de blanco y referencias contrarias a los ciudadanos de procedencia afro americana. Había pinturas con ellos subidos a los árboles como si fueran monos. El dueño del local, ensayó una aclaración: “No soy racista, tengo un amigo negro”, le dijo. Pero Lugones no le creyó y constató el apoyo intacto al nuevo y excéntrico presidente del Partido Republicano por su rechazo a inmigrantes de diferentes orígenes. No obstante, Paula Lugones dijo que en sus primeros días de gestión, Trump tuvo que atemperar su ímpetu discriminador y someterse a los límites que le estableció la Justicia y el Congreso. “Es un veleta que se mueve según como sopla el viento”, lo definió.